Misa
tradicional en la Catedral de Pamplona el pasado domingo de Pentecostés
Extracto
de la homilía pronunciada por Don Nicola Bux, eminente liturgista y paladín de
«la reforma de la reforma» impulsada por Benedicto XVI, el pasado 21 de mayo
con ocasión de su viaje a París para presentar la edición francesa de su última
obra: «No se juega con los sacramentos».
«Ustedes
que tienen la gracia de vivir su fe al ritmo de la liturgia tradicional, saben
bien cómo la liturgia se vuelve vana y superficial si ya no contempla la
presencia real de Nuestro Señor Jesucristo. Debido a que recuerda al hombre de
hoy que la liturgia, al igual que nuestras vidas, no puede ser más que cristocéntrica
y teocéntrica, la forma extraordinaria del rito romano debe ser siempre más
conocida, difundida y celebrada.
Debemos
dar gracias a Benedicto XVI por el regalo del motu proprio Summorum Pontificum que permite a muchos fieles fortalecerse en la fe, florecer a tantas vocaciones sacerdotales
y religiosas y a muchos jóvenes aproximarse al misterio eucarístico. Diez años
después de Summorum Pontificum,
podemos repetir las mismas palabras del entonces cardenal Ratzinger por el
décimo aniversario del motu proprio Ecclesia
Dei, en 1998: ‘La presencia de
la antigua liturgia en ningún caso perturba o amenaza la unidad, más bien es un
don destinado a fortalecer el cuerpo de Cristo, del cual todos somos servidores’.
Fuente: paixliturgique
En estos días se ha celebrado en Francia la peregrinación tradicional anual "Nuestra Señora de la Cristiandad" de Paris a Chartres. Es una muestra más del vigor y fecundidad de la liturgia hoy denominada Forma Extraordinaria del Rito Romano. Se observa una esencia tan netamente católica en las vidas de los fieles vinculados a esta liturgia que no entiendo cómo tantos sacerdotes, conscientes de la grave crisis de la Iglesia, no buscan conocerla y promoverla.
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