domingo, 30 de diciembre de 2012

LA COLUMNA DEL PADRE ASTORQUIZA

Las columnas del padre Astorquiza, sacerdote del Opus Dei, con una experiencia misionera de casi 20 años en Kenya, África, siempre golpean el corazón. Con un estilo directo y sugerente, muy lejano a cierta vaga verborrea eclesiástica que no suele decir casi nada, este sacerdote va directamente al grano. En su columna de hoy, dedicada a La Sagrada Familia, nos recuerda que el Nacimiento de Jesús y la Sagrada Familia son realidades intrínsecamente unidas en el plan de redención del género humano: se salva juntamente a la persona y a la familia.

Utilizando los conceptos clásicos de nuestra fe, que quizá hoy muchos se avergonzarían de emplear, el padre Astorquiza nos dice que "la destrucción de la grandeza humana, y su condenación final en el infierno, también vinculan de un modo inseparable a la persona y a la institución familiar. Si se pudiera hablar de un plan maestro en el infierno para conducir a los hombres a su condenación, este plan incluye la erosión y posible abolición de la familia en la vida de los pueblos".

Frente a las crecientes amenazas antifamilia, el autor del artículo nos invita "a contemplar a la Sagrada Familia. En ella resplandece el plan divino original, que garantiza antes que nada la integridad de los niños, y luego la plenitud humana y sobrenatural de los adultos. En ese orden".  Al final, nos recuerda la importancia capital de invertir en la familia, porque "es invertir en los niños, en las futuras generaciones. Es salvar en lo humano y en lo divino a nuestro mundo". Y los que no quieran invertir en este valioso proyecto -desea añadir brevemente el búho- al menos que no se presten a colaborar en el macabro plan que nos ha mostrado el padre Astorquiza.
(El artículo completo puede leerse en la página A 23 de la edición del Mercurio de hoy.)

sábado, 29 de diciembre de 2012

TOMAS BECKET: PRIMADO Y COLEGIALIDAD


Impresiona la lectura de una carta de Santo Tomás Becket, Obispo inglés martirizado a regis satellítibus, (por satélites del rey Enrique II) en el año 1170, y que se recoge hoy en el Oficio de su fiesta. En ella se refleja ya claramente la doctrina de la Iglesia sobre el Primado de Pedro y su relación con el resto de los Obispos. Su lectura pone en evidencia que a estas alturas ya no hay nada que inventar o innovar al respecto.

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«S
i nos preocupamos por ser lo que decimos ser y queremos conocer la significación de nuestro nombre —nos designan obispos y pontífices—, es necesario que consideremos e imitemos con gran solicitud las huellas de Aquél que, constituido Pontífice eterno por Dios, se ofreció por nosotros al Padre en el ara de la cruz. Él es el que, desde lo más alto de los cielos, observa atentamente todas las acciones y sus correspondientes intenciones para dar a cada uno según sus obras. Nosotros hacemos sus veces en la tierra, hemos conseguido la gloria del nombre y el honor de la dignidad, y poseemos temporalmente el fruto de los trabajos espirituales, sucedemos a los apóstoles y a los varones apostólicos en la más alta responsabilidad de las Iglesias, para que, por medio de nuestro ministerio, sea destruido el imperio del pecado y de la muerte, y el edificio de Cristo, ensamblado por la fe y el progreso de las virtudes, se levante hasta formar un templo consagrado al Señor. Ciertamente que es grande el número de los obispos. En la consagración prometimos ser solícitos en el deber de enseñar, de gobernar y de ser más diligentes en el cumplimiento de nuestra obligación, y así lo profesamos cada día con nuestra boca; pero, ¡ojalá que la fe prometida se desarrolle por el testimonio de las obras! La mies es abundante y, para recogerla y almacenarla en el granero del Señor, no sería suficiente ni uno ni pocos obispos. ¿Quién se atreve a dudar de que la Iglesia de Roma es cabeza de todas las Iglesias y la fuente de la doctrina católica? ¿Quién ignora que las llaves del reino de los cielos fueron entregadas a Pedro? ¿Acaso no se edifica toda la Iglesia sobre la fe y la doctrina de Pedro, hasta que lleguemos todos al hombre perfecto en la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios? Es necesario, sin duda, que sean muchos los que planten, muchos los que rieguen, pues lo exige el avance de la predicación y el crecimiento de los pueblos… Sea quien fuere el que planta y el que riega, Dios no da crecimiento sino a aquel que planta y riega sobre la fe de Pedro y sigue su doctrina. Pedro es quien ha de pronunciarse sobre las causas más graves, que deben ser examinadas por el pontífice romano, y por los magistrados de la santa madre Iglesia que él designa, ya que, en cuanto participan de su solicitud, ejercen la potestad que se les confía» (Carta 74: PL 190, 533-536).

viernes, 28 de diciembre de 2012

REFRESCANTE ARTICULO DE MONS. GONZALEZ ERRAZURIZ


Ayer, en página principal del Mercurio, Mons. Juan Ignacio González ha publicado un refrescante artículo titulado Las políticas de género y sus consecuencias. Buena parte del artículo está tomada del magistral discurso que Benedicto XVI dirigió a la Curia romana con motivo de las  fiestas de Navidad, el pasado 21 de diciembre. Me refiero a este artículo como refrescante, porque Mons. González Errázuriz se hace eco de la enseñanza siempre lúcida del Papa, en un tema moral que es de fundamental trascendencia en la configuración de una sociedad que pretenda seguir siendo mínimamente humana y en cuya defensa hay que estar dispuestos a sufrir y padecer. Refrescante, porque tras la última carta pastoral de la comisión permanente del episcopado chileno, esparábamos algo más sustancioso, sólido y actual para el Chile que estamos construyendo. Gracias, pues, al obispo de San Bernardo por su coraje en la defensa de la fe y del sentido común, que a veces parecería ser el menos común de los sentidos.

Para leer el artículo completo:
Para leer discurso completo del Santo Padre:
 

jueves, 27 de diciembre de 2012

EL EVANGELISTA JUAN PRESENTADO POR TOMAS DE AQUINO



Como muestra de veneración y gratitud al evangelista Juan, el discípulo predilecto del Señor, reproduzco un texto de Santo Tomás de Aquino tomado de su comentario al Evangelio de San Juan, obra verdaderamente sublime del Angélico, donde la sabiduría del teólogo, la contemplación del santo y la belleza expresiva del poeta, convergen en un texto de inmenso valor doctrinal y espiritual.

***

«Sigue ahora la presentación del autor. A la luz de cuanto se ha dicho, ésta puede ser considerada en relación a cuatro cosas: en relación al nombre, a la virtud, a la figura y en relación al privilegio.

En relación al nombre, el autor de este Evangelio se llama Juan, y Juan significa "aquél en el que está la gracia". En efecto, los secretos de la divinidad no pueden ser vistos sino por quienes tienen en sí la gracia de Dios; y por esto dice el Apóstol: las cosas de Dios nadie las conoce, sino el Espíritu de Dios (1 Cor 2, 11).

Pero Juan vio al Señor sentado sobre su trono elevado y sublime gracias a su virtud, ya que fue virgen y a ellos compete ver al Señor: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5, 8).

En relación a la figura, hay que decir que Juan es representado por el águila. Y la razón es la siguiente: ocupándose los otros tres evangelistas de las cosas que Cristo hizo en la carne, se les representa convenientemente por medio de  animales que se mueven sobre la tierra, a saber, por el hombre, el buey y el león. Pero Juan, remontándose sobre la nube de la debilidad humana, como águila que vuela, contempla con los ojos altísimos y firmísimos del corazón, la luz de la verdad inconmutable, alcanzando la misma divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, por la que es igual al Padre, cuidando sobre todo recomendarla en la medida que creyó ser necesario para todos los hombres. Y a propósito de este vuelo de Juan se dice en el libro de Job: ¿Se remonta el águila, es decir, Juan, por orden tuya? (Job 39, 27). Y más adelante: desde muy lejos descubren sus ojos (ibid 29), porque Juan ha contemplado con los ojos de la mente al mismo Verbo de Dios en el seno del Padre.

En relación al privilegio, hay que decir que, entre todos los discípulos del Señor, Juan fue el más amado de Cristo. Este es el discípulo a quien amaba Jesús (Jn 21, 24), como dijo de sí mismo ocultando su nombre. Y ya que los secretos se revelan a los amigos, según las palabras del Señor: Yo os llamo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer (Jn 15, 15), a este discípulo particularmente amado, el Señor encomendó de modo especial sus secretos. Por eso se dice: A los gigantes –es decir a los soberbios– esconde la luz (Job 36,32). Esto significa que Cristo esconde la verdad de su divinidad y la revela a su amigo, a Juan, para que le pertenezca (ibid). De aquí que el mismo Juan, habiendo contemplado de modo más excelente la luz del Verbo encarnado, sea también quien nos la señale: Él era la luz verdadera (Jn 1, 9).


Así, pues, queda aclarada la materia, el orden, la finalidad y el autor de este Evangelio de san Juan, que tenemos entre manos". (Tomás de Aquino, Comentario al Evangelio de San Juan, Prólogo, n° 11).


















miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL NIÑO DIOS, ESTEBAN, SAULO Y EL DESEO DE TOMÁS MORO


S
olo la luz de un amor radicalmente nuevo, que brota en la tierra por el nacimiento del Niño Dios, nos permite saborear las palabras que Tomás Moro dirigió a sus jueces cuando dictaron sentencia de muerte en su contra y le preguntaron si aún deseaba añadir algo en su defensa. El santo mártir, como gigante delante de frágiles marionetas, comentó: «No más que lo siguiente: Como podemos leer en los Hechos de los Apóstoles, Pablo estuvo presente en la muerte de San Esteban y guardó la vestimenta de los que le apedreaban. A pesar de ello, ambos son hoy en día santos en el cielo y serán allí amigos para siempre. Así, yo espero -y rezaré de todo corazón por ello-, que, aunque me hayáis condenado aquí en la tierra, nos encontraremos para nuestra eterna salvación en el cielo».

lunes, 24 de diciembre de 2012

NAVIDAD

CHRISTUS NATUS EST NOBIS: VENITE ADOREMUS
 
 
Este búho desea a todos una santa y feliz y navidad; muy particularmente a cuantos sacan adelante la Iglesia  santa de Dios con su oración, su sufrimiento y su trabajo, una cum Papa nostro Benedicto.

viernes, 21 de diciembre de 2012

EL SEÑOR YA ESTÁ CERCA

 Prope est iam Dominus: venite adoremus. El Señor ya está cerca; ¡venid, adorémosle!
 
Es la invitación que la Iglesia nos dirige ante la inminencia de la Navidad. Ayudados por el ejemplo de los Santos, el búho propone algunos textos para orar y adorar:
 
"El se hizo niño para que tu pudieras ser hombre perfecto; El fue envuelto en pañales para que tu fueras librado de los lazos de la muerte. El bajó a la tierra para que tú pudieras subir al cielo; El no tuvo sitio en la posada para que tú tuvieras mansiones abundantes en el cielo" (San Agustín).
 
"...Y le beso -bésale tú- y le bailo, y le canto, y le llamo Rey, Amor, mi Dios, mi único, mi todo" (San Josemaría Escrivá).
 
"¡O gloria, y consuelo de mi alma, quién la tuviera tan limpia, que la pudiera ofrecer por lienzos y pañales de ese tierno y suave cuerpecito! ¡Quién la tuviera llena de flores espirituales, y virtudes soberanas, para ponerla en el pesebre, en lugar de las pajas, que se honraron al recibir sobre sí grano eterno de Dios, sustento de lo criado! (Beato Juan de Palafox).

miércoles, 19 de diciembre de 2012

UN ARTÍCULO SORPRENDENTE


La revista inglesa The Economist, seria y prestigiosa en su ámbito, no obstante su tendencia marcadamente liberal, viene de publicar (15/12/2012) un sorprendente artículo sobre el fenómeno tradicionalista, es decir simplemente católico, en la Iglesia de hoy. Aunque no está exento de expresiones irónicas, el artículo recoge intuiciones exactas y dignas de mención, aunque no siempre atine a individuar las causas que están detrás de este fenómeno que se extiende más y más por todo el mundo. Pero este búho no quiere dejar pasar esta oportunidad para destacar algunos puntos  de gran interés que ve reflejados en dicha publicación:
1° Con gran sinceridad se deja planteada la posibilidad de que la avanzadilla tradicional que hoy emerge con fuerza en la Iglesia, pueda deberse al fracaso de las reformas promovidas por el Concilio Vaticano II. No tengo recuerdo de haber leído nunca nada semejante en una publicación liberal.
2° Se reconoce abiertamente que no se trata de un movimiento de vejestorios, sino de jóvenes ilusionados y emprendedores; y con alcance internacional.
 3° Gracias a las nuevas redes de comunicación se ha ido formando una verdadera familia muy extendida y unida para esta batalla. Ella ejerce también una fecunda labor fiscalizadora sobre quienes durante décadas han hecho lo que han querido en la Iglesia sin contrapeso alguno, por tener generalmente el control absoluto de los medios de comunicación eclesiásticos.
4° Existencia de un Líder sin el cual este fenómeno no podría tener la salud y extensión que hoy goza: el gran Benedicto XVI.

viernes, 14 de diciembre de 2012

EL HUMANISMO DE UN GRAN MÍSTICO


"Un solo pensamiento del hombre vale más que todo el mundo: por tanto, sólo Dios es digno de él".
 
"Todo el mundo no es digno de un pensamiento del hombre, porque  a solo Dios se debe; y así, cualquier pensamiento que no se tenga en Dios, se le hurtamos".
 
"A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición".
 
San Juan de la Cruz, Dichos de luz y amor, Salamanca 1992.

jueves, 13 de diciembre de 2012

LA FE NO ES DEMOCRÁTICA

   El pasado 7 de diciembre el Santo Padre Benedicto XVI recibió en audiencia a los miembros de la Comisión Teológica Internacional.  En su discurso les ha recordado el auténtico significado del "sensus fidelium",  el  sentir  de  los fieles  u  olfato  católico, traducido  más libremente, y que en la actualidad se encuentra bastante atrofiado en todos los segmentos del Pueblo de Dios. Como sabio otorrino el Santo Padre les ha dicho que “el Concilio Vaticano II, reafirmando el papel específico e insustituible que compete al Magisterio, ha subrayado, sin embargo, que todo el Pueblo de Dios participa en la función profética de Cristo (…) Este don, el “sensus fidei” es para el creyente una especie de instinto sobrenatural que tiene una connaturalidad vital con el mismo objeto de la fe (…) y un criterio para discernir si una verdad pertenece o no al depósito vivo de la tradición apostólica. También tiene un valor proposicional porque el Espíritu Santo no cesa de hablar a las iglesias y de llevarlas a la verdad entera. Hoy en día, sin embargo, es particularmente importante aclarar los criterios usados para distinguir el sensus fidelium auténtico de sus falsificaciones. De hecho, no es una especie de opinión pública de la Iglesia, y es impensable recurrir a él para impugnar las enseñanzas del Magisterio, ya que el “sensus fidei” no puede desarrollarse auténticamente en el verdadero creyente salvo en la medida en que participa plenamente en la vida de la Iglesia, y esto requiere una adhesión responsable a su Magisterio”.
  La fe, viene a subrayar el Romano Pontífice, no se hace por alzada de mano, precisamente porque es un saber que viene de lo alto, que solo el Magisterio de la Iglesia tiene el poder de interpretarlo con autoridad y de modo auténtico. Un sensus fidelium, por muy mayoritario que sea, si se opone al Magisterio perenne de la Iglesia, se convierte ipso facto en un "sensus infidelium", en un amplio sentir de infieles.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

EMPERATRIZ DE LAS AMÉRICAS

 
Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona y Emperatriz de las Américas, transcurridos pocos años del descubrimiento del nuevo continente, con sus apariciones en 1531 a su humilde "Juanito, el más pequeño de mis hijos", quizo ponerse al frente y tomar bajo su custodia una de las empresas más sublimes de la historia de la Iglesia: la evangelización de América. El búho escrutador, especie que suele morar por estas tierras, mira agradecido a la madre patria de España porque no ahorró esfuerzo alguno por darnos su alma y su cultura profundamente católica.
   A esta Soberana Emperatriz pedimos que no cese de  proteger a este continente, que tanto la venera y ama, de todos los intentos que se promueven, a veces y por desgracia desde el interior mismo de la Iglesia, por pervertir la auténtica y sencilla fe de nuestros pueblos.

lunes, 10 de diciembre de 2012

BENEDICTO XVI Y TRES URGENTES LECCIONES


En la alocución que el Santo Padre Benedicto XVI, pronunció a los pies de la estatua de la Inmaculada Concepción en la plaza de España de Roma, el pasado 8 de diciembre, destacó tres puntos dignos de atenta consideración para nuestro mundo moderno:

 1° Necesidad de un silencioso recogimiento interior para sintonizar con Dios.

“En primer lugar, nos sorprenden siempre, y nos hace reflexionar, el hecho de que el momento decisivo para el futuro de la humanidad, el momento en que Dios se hizo hombre, está rodeado de un gran silencio. El encuentro entre el mensajero divino y la Virgen Inmaculada pasa totalmente desapercibido: nadie sabe, nadie habla de ello. Es un acontecimiento que, si hubiera sucedido en nuestro tiempo, no dejaría huella en los periódicos y en las revistas, porque es un misterio que sucede en el silencio. Lo que es realmente grande a menudo pasa desapercibido y el silencio apacible se revela más fructífero que la frenética agitación que caracteriza nuestras ciudades, pero que – con las debidas proporciones – se vivía ya en las grandes ciudades de entonces, como Jerusalén. Aquel activismo que nos impide detenernos, estar tranquilos, escuchar el silencio en el que el Señor hace oír su voz discreta”.
 
2° No existe auto-redención; solo la gracia nos salva y libera.
“Hay una segunda cosa, aún más importante, que la Inmaculada nos dice cuando estamos aquí, y es que la salvación del mundo no es obra del hombre – de la ciencia, de la tecnología, de la ideología -, sino es por la gracia. ¿Qué significa esta palabra? Gracia significa el Amor en su pureza y belleza, es Dios tal como se revela en la historia de la salvación narrada en la Biblia y cumplida en Jesucristo. María es llamada la “llena de gracia” (Lc 1:28) y esta identidad nos recuerda el primado de Dios en nuestra vida y en la historia del mundo, nos recuerda que el poder del amor de Dios es más fuerte que el mal, puede llenar los vacíos que el egoísmo provoca en la historia de las personas, de las familias, naciones y el mundo”.
 
3° Lejos de Jesucristo no hay verdadera alegría.
Y aquí viene la tercera cosa que nos dice María Inmaculada: nos habla de la alegría, la verdadera alegría que se extiende en el corazón liberado del pecado. ...debemos aprender a decir no a la voz del egoísmo y a decir sí a la del amor auténtico. La alegría de María es plena, porque en su corazón no hay sombra de pecado. Esta alegría coincide con la presencia de Jesús en su vida: Jesús concebido y llevado en el vientre, después niño confiado a sus cuidados maternos, adolescente y joven y hombre maduro. Jesús que parte de casa, seguido a distancia con la fe hasta la Cruz y la Resurrección: Jesús es la alegría de María y la alegría de la Iglesia”.

viernes, 7 de diciembre de 2012

MADRE INMACULADA


En vísperas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, uno de los dogmas marianos que más encienden la llama de la fe del pueblo católico, somos invitados a contemplar con gozoso recogimiento la obra maestra de Dios: su Madre Inmaculada. Y a saborear, como si de melodía celestial se tratase, las palabras con las que el Beato Pio IX definió este singular privilegio de la Madre de Dios.

«Por lo cual, después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las públicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo, implorando el auxilio de toda la corte celestial, e invocando con gemidos el Espíritu Paráclito, e inspirándonoslo Él mismo, para honra de la santa e individua Trinidad, para gloria y honor de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y aumento de la cristiana religión, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra: declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, que debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano. Por lo cual, si algunos presumieren sentir en su corazón contra los que Nos hemos definido, que Dios no lo permita, tengan entendido y sepan además que se condenan por su propia sentencia, que han naufragado en la fe, y que se han separado de la unidad de la Iglesia, y que además, si osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho» (Beato Pío IX, Bula Ineffabilis Deus (8 de diciembre de 1854).

martes, 4 de diciembre de 2012

EL DAMASCENO: INSIGNE DOCTOR


Hoy la Iglesia celebra a uno de sus más insignes doctores: San Juan Damasceno. Nacido en Damasco, Siria, hacia el año 675, es considerado el último de los grandes Padres de Oriente. Primero fue monje cerca de Jerusalén y más tarde presbítero. Defendió con fortaleza el culto a las imágenes contra la herejía iconoclasta; fue testigo señalado de la fe cristiana en la Asunción de Santa María a los cielos; compuso no pocos himnos y oraciones, que lo colocan entre los grandes poetas bizantinos. La obra que le ha dado más fama es su tratado dogmático Sobre la fe ortodoxa, estudiado y citado más tarde por los teólogos escolásticos medievales. Juan murió hacia el año 750; fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa León XIII en 1890. Hoy se hace muy necesario seguir el ejemplo de estos gigantes de la fe y acudir a su poderosa intercesión para que vuelva a resplandecer con todo su brillo la luz de la fe.

 
Las imágenes despiertan el deseo de la santidad.
 
“Adoro la imagen de Cristo, en cuanto es Dios encarnado, la de la Madre de Dios, Señora de todos, en cuanto madre del Verbo encarnado; las de los santos, amigos de Dios, que permanecieron fieles hasta la efusión de su sangre, y al derramar la sangre por Cristo, imitaron a aquel que primero derramó su sangre por nosotros; y las de aquellos que, siguiendo las huellas de Cristo, ordenaron según ellas su propia vida. Pongo ante mis ojos estos preclaros ejemplos y los martirios, expresados en las pinturas, y me hago santo y ardo en el deseo de imitarlos” (Oración sobre las imágenes 1, 21).

Conocimiento natural y espontáneo de la existencia de Dios

“Dios, no obstante, no nos dejó en una completa ignorancia, porque el conocimiento sobre la existencia de Dios ha sido esparcido en todos por Él, de forma natural. Así también, por medio de la naturaleza, la creación misma, su unión y gobierno anuncia la grandeza de la divinidad” (Sobre la fe ortodoxa, 1).
 

Glorificación de María
 
“Hoy es introducida en las regiones sublimes y presentada en el templo celestial la única y santa Virgen, la que con tanto afán cultivó la virginidad, que llegó a poseerla en el mismo grado que el fuego más puro. Pues mientras todas las mujeres la pierden al dar a luz, Ella permaneció virgen antes del parto, en el parto y después del parto” (Homilía II en la dormición de la Virgen, 2).

lunes, 3 de diciembre de 2012

EL CELO DE UN MISIONERO QUE NO PERDÍA EL TIEMPO


Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Francisco Javier. «Anda y prende fuego a todo» fue la misión que San Ignacio le encomendó realizar en el Oriente. Y el ardor de su amor a Cristo y a las almas se hace patente en algunos párrafos de una carta que escribió a su fundador y que hoy se lee en el Oficio de lecturas de su fiesta.

«V
isitamos las aldeas de los neófitos, que pocos años antes habían recibido la iniciación cristiana. Esta tierra no es habitada por los portugueses, ya que es sumamente estéril y pobre, y los cristianos nativos, privados de sacerdotes, lo único que saben es que son cristianos. No hay nadie que celebre para ellos la misa, nadie que les enseñe el Credo, el Padrenuestro, el Avemaría o los mandamientos de la ley de Dios.
Por esto, desde que he llegado aquí, no me he dado momento de reposo: me he dedicado a recorrer las aldeas, a bautizar a los niños que no habían recibido aún este sacramento. De este modo, purifiqué a un número ingente de niños que, como suele decirse, no sabían distinguir su mano derecha de la izquierda. Los niños no me dejaban recitar el Oficio divino ni comer ni descansar, hasta que les enseñaba alguna oración; entonces comencé a darme cuenta de que de ellos es el reino de los cielos.
Por tanto, como no podía cristianamente negarme a tan piadosos deseos, comenzando por la profesión de fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, les enseñaba el Símbolo de los apóstoles y las oraciones del Padrenuestro y el Avemaría. Advertí en ellos gran disposición, de tal manera que, si hubiera quien los instruyese en la doctrina cristiana, sin duda llegarían a ser unos excelentes cristianos.
Muchos, en estos lugares, no son cristianos, simplemente porque no hay quien los haga tales. Muchas veces me vienen ganas de recorrer las universidades de Europa, principalmente la de París, y de ponerme a gritar por doquiera, como quien ha perdido el juicio, para impulsar a los que poseen más ciencia que caridad, con estas palabras: «¡Ay, cuántas almas, por vuestra desidia, quedan excluidas del cielo y se precipitan en el infierno!»
¡Ojalá pusieran en este asunto el mismo interés que ponen en sus estudios! Con ello podrían dar cuenta a Dios de su ciencia y de los talentos que les han confiado. Muchos de ellos, movidos por estas consideraciones y por la meditación de las cosas divinas, se ejercitarían en escuchar la voz divina que habla en ellos y, dejando de lado sus ambiciones y negocios humanos, se dedicarían por entero a la voluntad y al arbitrio de Dios, diciendo de corazón: «Señor, aquí me tienes; ¿qué quieres que haga? Envíame donde tú quieras, aunque sea hasta la India».