jueves, 31 de octubre de 2013

LA FIESTA DE LA IGLESIA TRIUNFANTE

El viejo y siempre nuevo Catecismo de San Pio X resume en cinco bellísimas preguntas todo el sentido cristiano que la Iglesia nos propone en la celebración de Todos los Santos.

¿Qué fiesta se celebra el día primero de noviembre? - El día primero de noviembre se celebra la fiesta de Todos los Santos.
¿Por qué ha instituido la Iglesia la fiesta de Todos los Santos? - La Iglesia ha instituido la fiesta de Todos los Santos: para alabar y agradecer al Señor la merced que hizo a sus siervos, santificándolos en la tierra y coronándolos de gloria en el cielo; , para honrar en este día aun a los Santos de que no se hace fiesta particular durante el año; , para procurarnos mayores gracias multiplicando los intercesores;, para reparar en este día las faltas que en el transcurso del año hayamos cometido en las fiestas particulares de los Santos; , para excitarnos más a la virtud con los ejemplos de tantos Santos de toda edad, sexo y condición, y con la memoria de la recompensa que gozan en el cielo.
¿Qué es lo que ha de alentarnos a imitar a los Santos? - Ha de alentarnos a imitar a los Santos el considerar que ellos eran tan débiles como nosotros y sujetos a las mismas pasiones; que, fortalecidos con la divina gracia, se hicieron santos por los medios que también nosotros podemos emplear, y que por los méritos de Jesucristo se nos ha prometido la misma gloria que ellos gozan en el cielo.
¿Por qué se celebra la fiesta de Todos los Santos con tanta solemnidad? - Celébrase la fiesta de Todos los Santos con tanta solemnidad porque abraza todas las otras fiestas que en el año se celebran en honor de los Santos y es figura de la fiesta eterna de la gloria.
¿Qué debemos hacer para celebrar dignamente la fiesta de Todos los Santos? Para celebrar dignamente la fiesta de Todos los Santos debemos: , alabar y glorificar al Señor por las mercedes que hizo a sus siervos y pedirle que asimismo nos las conceda a nosotros, , honrar a todos los Santos como a amigos de Dios e invocar con más confianza su protección; , proponer imitar sus ejemplos para ser un día participantes de la misma gloria.

viernes, 25 de octubre de 2013

LITURGIA EN SANTA MARTA: UNA AUSENCIA ADVERTIDA

En los días que siguieron al consistorio en donde el Papa Benedicto hizo pública su decisión de renunciar a la Sede de Pedro, dediqué una entrada a quien me parecía haber sido un hombre clave de su pontificado: don Guido Marini. Tras una breve semblanza de su importante rol como maestro de las ceremonias pontificias, este búho sentenciaba: Sea quien sea el futuro Romano Pontífice que Dios regale a su Iglesia, está claro que no podrá prescindir de un hombre así. En efecto, el Papa Francisco enseguida lo confirmó en su puesto y gracias a él las ceremonias oficiales del Papa han conservado esa dignidad y excelencia que el genio litúrgico de don Guido sabe imprimir a las ceremonias papales, incluso en circunstancias tan especiales como la Misa en Lampedusa sobre una barquichuela. Sin embargo en el ámbito litúrgico más privado del Pontífice –me refiero a las misas diarias en la capilla de Santa Marta- es otro el ambiente que prevalece; allí es notoria la ausencia del espíritu litúrgico de don Guido. En Santa Marta se observa un aire de improvisación; se echa en falta la belleza de los signos litúrgicos y el delicado respeto por las rúbricas que sí brillan, en cambio, en las ceremonias oficiales del Papa a cargo de su maestro. Por ejemplo, da pena que la mayoría de los concelebrantes no usen ni amito, ni cíngulo, ni casulla; que a veces asista al altar un mismo celebrante litúrgicamente mal agestado; que los sacerdotes estén sentados en primera fila junto al resto de los asistentes, etc. No se trata de que la Misa privada del Papa tenga aquella solemnidad propia de las grandes celebraciones. Pero tampoco debemos olvidar que la Misa del sucesor de Pedro, tanto privada como pública, en un oratorio modesto o en la majestuosa basílica vaticana, en Roma o fuera de ella, es siempre un evento trascendente en la vida de la Iglesia y en su realización no deben faltar ciertos signos externos de sacralidad. No es un cura de pueblo quien celebra sino el Vicario de Cristo en la tierra, aunque para Dios la Misa tenga igual valor. Cierto que lo esencial siempre se da: la unción y piedad con que el Papa Francisco celebra los divinos misterios. Pero cuánto desearíamos que en Santa Marta resplandeciera más el estilo litúrgico de Don Guido Marini; que un maestro de ceremonias debidamente revestido de sotana y roquete acompañara y asistiera con espíritu filial al Papa en la confección de su Eucaristía diaria; que quienes se encargan de la preparación de estas celebraciones hicieran un ulterior esfuerzo por otorgar más dignidad a la Misa de Pedro y más piedad a quienes tienen el privilegio de acompañarle en su acción suprema. 

martes, 22 de octubre de 2013

O LUX, UNA ORACIÓN VESPERTINA A LA TRINIDAD

O lux,
beata Trinitas et principalis Unitas,
iam sol recedit igneus:
infunde lumen cordibus.


Oh Luz,
Trinidad santa y Unidad original,
ahora que el sol ardiente se retira, 
infunde Tú la luz en los corazones.

domingo, 20 de octubre de 2013

EL COMBATE DE LA ORACIÓN

Solamente la oración vence a Dios, escribió convencido Tertuliano. Y la victoria de Moisés sobre los amalecitas que recoge hoy la liturgia nos lo advierte con especial viveza. He aquí un precioso texto del papa Benedicto comentando este relato del Éxodo (17, 8-13):

“Fue precisamente la oración elevada con fe al verdadero Dios lo que determinó el desenlace de aquella dura batalla. Mientras Josué y sus hombres afrontaban en el campo a sus adversarios, en la cima del monte Moisés tenía levantadas las manos, en la posición de la persona en oración. Las manos levantadas del gran caudillo garantizaron la victoria de Israel. Dios estaba con su pueblo, quería su victoria, pero condicionaba su intervención a que Moisés tuviera en alto las manos.
Parece increíble, pero es así: Dios necesita las manos levantadas de su siervo. Los brazos elevados de Moisés hacen pensar en los de Jesús en la cruz: brazos extendidos y clavados con los que el Redentor venció la batalla decisiva contra el enemigo infernal. Su lucha, sus manos alzadas hacia el Padre y extendidas sobre el mundo piden otros brazos, otros corazones que sigan ofreciéndose con su mismo amor, hasta el fin del mundo.
Me dirijo en particular a vosotros, queridos pastores de la Iglesia que está en Nápoles, haciendo mías las palabras que san Pablo dirige a Timoteo y hemos escuchado en la segunda lectura:  permaneced firmes en lo que habéis aprendido y en lo que creéis. Proclamad la palabra, insistid en toda ocasión, a tiempo y a destiempo, reprended, reprochad, exhortad con toda paciencia y doctrina (cf. 2 Tm 3, 14. 16; 4, 2). Y, como Moisés en el monte, perseverad en la oración por y con los fieles encomendados a vuestro cuidado pastoral, para que juntos podáis afrontar cada día el buen combate del Evangelio”. (HOMILÍA DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI, Plaza del Plebiscito, Nápoles, domingo 21 de octubre de 2007).

jueves, 17 de octubre de 2013

LA PAZ DE FRANCISCO EXPLICADA POR FRANCISCO

Presento a continuación algunos extractos de la homilía que el Papa Francisco pronunció durante la santa misa celebrada en Asís, con motivo de su reciente visita a la cuna del gran santo italiano. Con su habitual pedagogía evangélica, el Papa recogió tres lecciones del mensaje que Francisco ha legado a la Iglesia: dejarse cautivar por la mirada amorosa de Cristo en la Cruz; acoger el don de la auténtica paz, la paz de Cristo, que está lejos de cualquier sentimentalismo vago o dulzón; finalmente, respeto sumiso por la creación entera, regalo que la sabiduría divina nos confía.

“¿Dónde inicia el camino de Francisco hacia Cristo? Comienza con la mirada de Jesús en la cruz. Dejarse mirar por él en el momento en el que da la vida por nosotros y nos atrae a sí. Francisco lo experimentó de modo particular en la iglesita de San Damián, rezando delante del crucifijo, que hoy también yo veneraré. En aquel crucifijo Jesús no aparece muerto, sino vivo. La sangre desciende de las heridas de las manos, los pies y el costado, pero esa sangre expresa vida. Jesús no tiene los ojos cerrados, sino abiertos, de par en par: una mirada que habla al corazón. Y el Crucifijo no nos habla de derrota, de fracaso; paradójicamente nos habla de una muerte que es vida, que genera vida, porque nos habla de amor, porque él es el Amor de Dios encarnado, y el Amor no muere, más aún, vence el mal y la muerte. El que se deja mirar por Jesús crucificado es re-creado, llega a ser una «nueva criatura».

“Ésta es la segunda cosa que Francisco nos atestigua: quien sigue a Cristo, recibe la verdadera paz, aquella que sólo él, y no el mundo, nos puede dar. Muchos asocian a san Francisco con la paz, pero pocos profundizan. ¿Cuál es la paz que Francisco acogió y vivió y nos transmite? La de Cristo, que pasa a través del amor más grande, el de la Cruz. Es la paz que Jesús resucitado dio a los discípulos cuando se apareció en medio de ellos (cf. Jn 20,19.20).
La paz franciscana no es un sentimiento almibarado. Por favor: ¡ese san Francisco no existe! Y ni siquiera es una especie de armonía panteísta con las energías del cosmos… Tampoco esto es franciscano, tampoco esto es franciscano, sino una idea que algunos han construido. La paz de san Francisco es la de Cristo, y la encuentra el que «carga» con su «yugo», es decir su mandamiento: Amaos los unos a los otros como yo os he amado (cf. Jn 13,34; 15,12). Y este yugo no se puede llevar con arrogancia, con presunción, con soberbia, sino sólo se puede llevar con mansedumbre y humildad de corazón”.

“El Santo de Asís da testimonio del respeto hacia todo lo que Dios ha creado y como Él lo ha creado, sin experimentar con la creación para destruirla; ayudarla a crecer, a ser más hermosa y más parecida a lo que Dios ha creado. Y sobre todo san Francisco es testigo del respeto por todo, de que el hombre está llamado a custodiar al hombre, de que el hombre está en el centro de la creación, en el puesto en el que Dios – el Creador – lo ha querido, sin ser instrumento de los ídolos que nos creamos. ¡La armonía y la paz! Francisco fue hombre de armonía, un hombre de paz”. (HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO, Plaza de San Francisco, Asís, viernes 4 de octubre de 2013. Fuente: www.vatican.va)

lunes, 14 de octubre de 2013

GRANDIOSA BEATIFICACIÓN EN ESPAÑA

Te Mártyrum candidatus laudat exercitus, A Ti Señor te alaba el espléndido ejército de los Mártires. Una vez más la Iglesia en España se viste de gala: 522 nuevos mártires, caídos en la persecución religiosa durante la guerra civil española, han sido beatificados ayer en Tarragona por el Cardenal Angelo Amato. Un Te Deum de acción de gracias sube a Dios por esta nueva división que se integra al ejército de los mártires de la Iglesia Católica. A este amplio y variado grupo de nuevos mártires, desea el papa Francisco que le imploremos “no ser cristianos mediocres, cristianos barnizados de cristianismo pero sin sustancia”. Con esta nueva beatificación ascienden a 1.523 los mártires españoles que han llegado a los altares. La gran mayoría fueron asesinados nada más estallar la guerra civil, y me parece advertir aquí una misteriosa razón teológica: el demonio buscaba apóstatas y cosechó mártires; quería erradicar la fe de la península y la regó de sangre fecunda. Para disimular su derrota no tuvo más remedio que moderar su furia. La composición de esta nueva división del ejército martirial se detalla así:

Diocesanos: 88 mártires
3 Obispos
82 Sacerdotes
3 Seminaristas
Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón: 15 mártires
Consagrados: 412 mártires
74 Hermanos de las Escuelas Cristianas
66 Hermanos Maristas
38 Benedictinos
33 Capuchinos
27 Hijas de la Caridad
24 Hermanos de San Juan de Dios
23 Claretianos
19 Carmelitas de la Antigua Observancia
19 Hijos de la Sagrada Familia
19 Mercedarios
14 Paúles
11 Carmelitas descalzos
9 Mínimas
6 Redentoristas
6 Trinitarios
5 Religiosos de los Sagrados Corazones
4 Siervas de María
4 Hermanos Carmelitas de la enseñanza
3 Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor
2 Dominicos
2 Franciscanos
2 Hijos de la Divina Providencia (orionistas)
1 Calasancia
1 Jerónimo
Laicos: 7 mártires

jueves, 10 de octubre de 2013

REFORMA LITÚRGICA. BREVÍSIMO EXAMEN DE BENEDICTO XVI

En su mensaje al 50° Congreso Eucarístico Internacional realizado el año pasado en Dublín, el Papa Benedicto aprovechó de hacer un brevísimo examen de la reforma litúrgica alentada por el Concilio, con sus indudables luces y sombras. El Papa Ratzinger nunca ha ocultado el hecho de que con la reforma conciliar se introdujeron en la liturgia de la Iglesia elementos perturbadores que aún no se han terminado de corregir. En este texto habla de malentendidos e irregularidades y sugiere, por contraposición a los términos empleados, la existencia de una reforma litúrgica “irreal”.

“El Congreso –decía el Papa- tiene lugar en un momento en el que la Iglesia se prepara en todo el mundo para celebrar el Año de la Fe, para conmemorar el quincuagésimo aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, un acontecimiento que puso en marcha la más amplia renovación del rito romano que jamás se haya conocido. Basado en un examen profundo de las fuentes de la liturgia, el Concilio promovió la participación plena y activa de los fieles en el sacrificio eucarístico. Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, y a la luz de la experiencia de la Iglesia universal en este periodo, es evidente que los deseos de los Padres Conciliares sobre la renovación litúrgica se han logrado en gran parte, pero es igualmente claro que ha habido muchos malentendidos e irregularidades. La renovación de las formas externas querida por los Padres Conciliares se pensó para que fuera más fácil entrar en la profundidad interior del misterio. Su verdadero propósito era llevar a las personas a un encuentro personal con el Señor, presente en la Eucaristía, y por tanto con el Dios vivo, para que a través de este contacto con el amor de Cristo, pudiera crecer también el amor de sus hermanos y hermanas entre sí. Sin embargo, la revisión de las formas litúrgicas se ha quedado con cierta frecuencia en un nivel externo, y la «participación activa» se ha confundido con la mera actividad externa. Por tanto, queda todavía mucho por hacer en el camino de la renovación litúrgica real”. (Benedicto XVI, Mensaje para la clausura del 50° Congreso Eucarístico Internacional en Dublín, 17.VI 2012). Los destacados son nuestros.

lunes, 7 de octubre de 2013

ROLANDO RIVI, UN JOVEN SEMINARISTA MARTIR DE LA SOTANA

El pasado 5 de octubre en la ciudad italiana de Módena, fue beatificado Rolando Rivi, joven seminarista martirizado en 1945. El beato Rolando había nacido en 1931 y era hijo de campesinos cristianos. Cuando tenía tan sólo 11 años, en 1942, y mientras Italia estaba en guerra, decidió ingresar al seminario de la villa italiana de Marola. El 1 de octubre de ese año tomó con gran alegría la sotana. Animaba a sus compañeros diciéndoles que “un día, con la ayuda de Dios, seremos sacerdotes. Yo seré misionero. Quiero llevar a Jesús a quienes no le conocen”; o bien, “nuestro deber como sacerdotes es rezar mucho y salvar almas para llevarlas al paraíso”.
Al invadir los alemanes Italia en 1944, y cerrar el seminario donde estudiaba, Rolando vio truncada su formación sin haber recibido siquiera las órdenes menores. Y auqnue volvió a su casa, sin embargo nunca dejó de usar su hábito talar de seminarista. Entre otras cosas veía en él un modo de asegurar su vocación. Sus padres le rogaban que no utilizara la sotana: “es mejor que no la utilices”, le decían, pues no faltaban grupos comunistas, que junto con dedicarse al sabotaje contra los nazis, expresaban también su odio a la Iglesia persiguiendo y asesinando a sacerdotes en la región. “¿Por qué? ¿Qué mal hago llevándola?”, preguntaba Rolando ante los pedidos de que dejara de usar su vestimenta de seminarista. “No tengo ninguna razón para dejar de usarla. Estudio para ser sacerdote y debo vestir así en señal de que pertenezco a Jesús”, aseguraba, a pesar de haber recibido ya insultos de partisanos comunistas en su pueblo. Sin embargo, Rolando aseguraba que “no tengo miedo ni estoy asustado. No puedo esconderme. Pertenezco a Dios”.
A pesar del peligro, el joven continuó ayudando en la parroquia. El 10 de abril de 1945 Rolando tocó el órgano durante la misa celebrada en la parroquia. Al culminar, vestido con su sotana, recogió sus cosas y cruzó el bosque que lo separaba de su hogar, al cual ya nunca llegó. Tras una intensa búsqueda, encontraron su cadáver lleno de signos de tortura y martirio. Según se reveló después, Rolando sufrió durante tres días torturas y humillaciones, con insultos blasfemos de todo tipo.
Los partisanos comunistas comenzaron su tormento contra el joven seminarista quitándole la sotana y golpeándole duramente con un cinturón. Al terminar con la tortura, lo llevaron entre los árboles, dejando un rastro de sangre tras de sí. Sus captores le dejaron rezar, pidiendo por sus padres y por sus asesinos. Después, los comunistas le dispararon dos veces, impactándole en la cabeza y cerca del corazón. Los asesinos dejaron el cuerpo del joven semienterrado, pero se quedaron con la sotana de Rolando, anudándola para utilizarla como pelota de fútbol. Ni la escasa edad del joven mártir fue impedimento para contener la furia y el fastidio que Satanás siempre ha sentido por esta vestimenta.
Con la muerte del nuevo Beato se cumple al pie de la letra lo que la Iglesia reza en el prefacio de los mártires: “… pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio”. Y aunque nuestro joven beato no volvió al seminario, alcanzó algo mejor: entró en la gloria. ¡Qué el nuevo beato interceda por seminaristas y sacerdotes para que no cedan a la tentación de disimular su condición de hombres consagrados a Cristo! El mundo necesita de ese testimonio.

jueves, 3 de octubre de 2013

RITO EXTRAORDINARIO EN PARROQUIA SANTIAGUINA

En la Parroquia de La Vera Cruz, antiguo templo anclado en la zona centro de la ciudad de Santiago, se festejó con especial solemnidad, el pasado 14 de septiembre, la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.  La Misa fue celebrada según la forma extraordinaria del rito romano y concluyó con la bendición y adoración de la sagrada reliquia del madero de la Cruz (Lignum Crucis) que allí se venera. Agradecemos la gentileza de nuestro amigo y experto fotógrafo Adrián Buzzetti por las fotos que nos ha enviado y lo felicitamos por su trabajo.





martes, 1 de octubre de 2013

TERESA DE LISIEUX, SER JUGUETE DE DIOS

Quien conoce y medita los textos de Santa Teresita del Niño Jesús, no podrá dejar de recodar la gozosa y espontanea oración de Jesús: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas a los sabios y prudentes, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque tal ha sido tu beneplácito. (Lc 10, 21). Teresita solo pretendió ser un juguete para recreo de su Dios y terminó en sabia Doctora: más conocedora de las cosas de Dios que muchos teólogos sabios y entendidos.
“Tal vez te acuerdes –nos cuenta la santa- de que antes me gustaba llamarme a mí misma “el juguetito de Jesús”. Todavía ahora estoy feliz de serlo, sólo que he pensado que el divino Niño tiene muchas otras almas llenas de virtudes sublimes que se dicen también “sus juguetes”; y entonces pensé que ellas eran sus juguetes lujosos y que mi pobre alma no era más que un juguetito sin valor… Y para consolarme, me dije a mí misma que muchas veces los niños se divierten más con los juguetitos que pueden tirar o coger, romper o besar a su antojo, que con otros de mayor valor que casi no se atreven a tocar… Entonces me alegré de ser pobre y deseé serlo cada día más, para que a Jesús le gustase cada vez más jugar conmigo” (Santa Teresa de Lisieux)