domingo, 27 de diciembre de 2020

JUAN, EL HIJO DEL TRUENO

San Juan Evangelista. Vladimir Borovikovsky

En el florilegio de textos que Dom Guerenger recoge para la fiesta del Evangelista San Juan, hay unas cuantas alabanzas tomadas de la Liturgia Griega. Entre las menciones honoríficas para el «predilecto del Señor», destaco la interpretación insinuada sobre el apodo hijo del trueno que le dio el Señor junto a su hermano (Cf Mc 3, 17). En efecto, su evangelio se inicia con un rotundo y solemne trueno: «Al principio era el Verbo», acompañado del más resplandeciente relámpago: «Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros».

* * *

«Celebremos con alabanzas espirituales al siervo de Cristo, al venerable Juan, al que es flor de la virginidad, mansión escogida de egregias virtudes, instrumento de la Sabiduría, templo del Espíritu Santo, voz ardiente de la Iglesia, ojo lúcido de la caridad.  

Venid, fieles, coronemos hoy con cánticos divinos al abismo de la Sabiduría, al escritor de los dogmas de la ortodoxia, al glorioso Juan, al predilecto, porque él fue quien clamó: «Al principio era el Verbo». Por eso apareció como voz de trueno, iluminando al mundo con su Evangelio, el ilustre maestro de la Sabiduría.

Lira de celestiales melodías, por Dios mismo pulsada, místico escritor, boca de palabra divina, canta con suavidad el Cántico de los Cantares y ruega por nuestra salvación» (Dom Prospero Gueranger, El Año Litúrgico, Burgos 1953, p. 889).


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario