sábado, 30 de septiembre de 2017

CONSEJOS DE JERÓNIMO A SACERDOTES Y MONJES


  «Ocupaos siempre en algún trabajo, para que el demonio nunca os halle ocioso, y así no tenga entrada en vuestra alma» 

  «Siempre esté en vuestra mano la Sagrada Escritura»

  «Ningún arte se puede aprender sin maestro»

  «Las mujeres conozcan vuestro nombre, pero ignoren vuestro semblante»

  «Haced oración a menudo e, inclinando el cuerpo a la tierra, enderezad y levantad el corazón al Cielo»

  «Cuando enseñareis o predicareis en la iglesia, sea tal la doctrina que más provoque lágrimas que aplausos y  aclamaciones. Las lágrimas de los oyentes sean vuestras alabanzas»

  «Si deseáis cosas aún más perfectas, salid como Abrahán de vuestra tierra y de vuestra parentela, y caminad a donde no sabéis»

  «Cuerpo y alma se encaminen juntos al Señor»

  «Os aconsejo que viváis en compañía de varones santos y piadosos, que no os conduzcáis por vuestra propias luces, y que no os engolféis sin guía en los senderos en que jamás habéis andado»

  «Las pláticas del sacerdote estén siempre saboreadas con la lectura de las Escrituras»

 «Estad sujeto a vuestro obispo y reverenciadle como a padre de vuestra alma… Pero también los obispos deben considerar que son sacerdotes y no amos; y así deben honrar a los clérigos, para que los clérigos los honren a ellos como obispos…»

  «Más vale confiar en el Señor que en el hombre y mejor es esperar en el Señor que en los príncipes»

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