lunes, 3 de julio de 2017

CARDENAL BURKE: NO PARECE QUE LA ANTIGUA LITURGIA SEA COSA DE CARCAMALES

Cardenal R. L. Burke. Foto Fratres in Unum
Extracto de la entrevista concedida por el cardenal R. Leo Burke a la página católica Fratres in Unum, durante su reciente estancia en Brasil.
El próximo mes el motu proprio Summorum Pontificum cumple 10 años. ¿Cuál es la importancia de este documento para crecer en el amor a la Sagrada Eucaristía y cómo valora su Eminencia la recepción y aplicación que ha tenido?

«El documento es importantísimo porque después del Concilio Vaticano II se difundió la idea de una nueva liturgia, o dicho con otras palabras, una Sagrada Liturgia completamente diferente a la que la Iglesia venía celebrando durante siglos. Por ejemplo, la forma de la Santa Misa se había mantenido prácticamente sin cambios desde la época de San Gregorio Magno. Luego, sucedió que el rito de la misa fue en primer lugar acortado drásticamente, muchas de sus riquezas fueron eliminadas, y lo que volvió la situación aún peor, fueron las experiencias litúrgicas que se realizaron con el rito.
Y así, con tantas experiencias mundanas, en las que el hombre es colocado como centro, se perdió el sentido de que la misa es una acción de Cristo mismo. Es Cristo quien actúa en la Santísima Eucaristía para hacer presente sacramentalmente su sacrificio del Calvario. Así, el Papa Benedicto XVI ha expresado muy claramente en su carta a los obispos con ocasión de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum, que era su esperanza de que la celebración de las dos formas del único Rito Romano sirviera para restaurar el sentido de lo sagrado en la Sagrada Liturgia. Parece extraño decirlo, pero desde la promulgación del motu proprio, hubo cierta resistencia por parte de algunos obispos y sacerdotes, si bien por parte de otros obispos, sacerdotes y valerosos fieles, hubo un gran sentimiento de alegría, al ver restaurada la hermosa forma de la Misa tal como fue conocida durante siglos. Y veo, en donde voy a celebrar la forma extraordinaria de la misa, que siempre hay un gran número de fieles, entre ellos muchos jóvenes y también jóvenes familias, y esto me muestra que la forma extraordinaria del Rito Romano es importantísima para comunicar el don incomparable que es la Sagrada Eucaristía. A veces, escucho: “¡Ah, tendremos la forma extraordinaria solo hasta que todos estos viejos se mueran!”. Sí, hay personas mayores, como yo, que aman la forma extraordinaria de la Misa; pero hay muchos, muchos jóvenes que, a diferencia de mí, nunca la conocieron cuando niños, pero han llegado a conocerla ahora y están muy, pero muy vinculados a ella».

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