"En esta sola conversión se manifiesta con todo su esplendor la grandeza de la misericordia de Dios y la eficacia de su gracia"
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razón, Carísimos, celebra hoy con festivos gozos la universalidad de las gentes
la conversión del Doctor de las gentes: pues sabemos que de tan dichosa raíz ha
salido tan abundante copia de ramos. Pablo convertido fue hecho para todo el
mundo el instrumento de su conversión. No solo en otro tiempo cuando aún vivía
en carne mortal, aunque no conduciéndose ya según las leyes de la carne, convirtió muchos a Dios en el oficio
de su predicación, sino que ahora también, viviendo ya más felizmente en Dios y
con Dios, no cesa de convertir a los hombres con el ejemplo de su vida, con la
oración y con sus enseñanzas. Por eso se hace solemne memoria de su conversión,
porque es utilísima para los que la tienen presente. En esta memoria concibe el
pecador esperanza del perdón, para moverse a penitencia; y el que hace ya
penitencia halla en ella el modelo de una conversión perfecta. ¿Quién perderá la
esperanza en adelante, por grandes que hayan sido sus extravíos, cuando oye que
Saulo respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor,
fue convertido súbitamente en vaso de elección? ¿Quién dirá, oprimido del peso
de su iniquidad, ya no pudo levantarme a mejorar mis costumbres, cuando
considere que en el mismo camino en que, sediento de la sangre de los
cristianos, respiraba de todo su pecho cruel ponzoña, es trocado en predicador
fidelísimo un perseguidor cruelísimo? En esta sola conversión se manifiesta con
todo su esplendor la grandeza de la misericordia de Dios y la eficacia de su
gracia» (San Bernardo, Sermón
en la conversión de San Pablo, Sermón I, n°1).
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