lunes, 1 de julio de 2019

EL ALTAR, LUGAR SAGRADO

Misa de Requiem (Forma Extraordinaria)

En su reciente libro Le soir approche et déjà le jour baisse (Se hace tarde y el día ya declina), el Cardenal Robert Sarah nos ofrece una lúcida reflexión, inspirada en Guardini, sobre el altar como lugar sagrado por excelencia. La conciencia de lo que el altar representa debe mover al sacerdote a la reverencia y a la adoración. Al igual que Moisés frente a la zarza ardiente, en el altar también el sacerdote es llamado a descalzarse, a despojarse de toda actitud profana o mundana para estar santamente ante Dios.

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«En Roma, sobre la puerta de la iglesia de Santa María in Campitelli, una inscripción nos recuerda con qué disposición de alma debemos entrar en un lugar sagrado. Se pueden ver allí, en letras negras sobre un fondo dorado, estas palabras del salmista: «Introibo in domum tuam Domine. Adorabo in templum sanctum tuum in timore tuo». Entraré en tu casa, Señor. En tu templo sagrado, te adoraré con temor. Creo que todos deberíamos recordar estas palabras al entrar en una iglesia. Los sacerdotes deberían llevarlas de modo particular en su corazón cuando suben al altar. Deben recordar que, en el altar, ellos están cara a Dios. En la misa, el sacerdote no es un profesor que imparte una lección sirviéndose del altar como de una tribuna donde el centro sería el micrófono y no la Cruz. El altar es el umbral sagrado por excelencia, el lugar del cara a cara con Dios» (Cardenal R. Sarah, Le soir approche et déjà le jour baisse, Fayard 2019, p. 54).


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