"El
sacerdote debe estar cubierto por el Espíritu Santo como lo está por la sotana".
"Si
no tuviéramos el sacramento del Orden, no tendríamos a nuestro Señor. ¿Quién lo
ha puesto en el Tabernáculo? El sacerdote. ¿Quién ha abierto a nuestra alma las
puertas a la vida nueva? El sacerdote. ¿Quién la alimenta para darle la fuerza
necesaria para hacer el camino? El sacerdote. ¿Quién la preparará para aparecer
ante Dios, lavando su alma por última vez en la Sangre de Jesucristo? El
sacerdote, siempre el sacerdote. Y si esta alma va a morir, ¿quién la
resucitará, quién le devolverá la calma y la paz? También el sacerdote".
"Es
el sacerdote el que continúa la obra de la Redención sobre la tierra".
"Dejad
una parroquia 20 años sin sacerdote: se adorará a los animales".
"¡Oh!
¡Qué cosa tan grande es ser sacerdote! Si él lo comprendiera, se moriría. Dios
le obedece: él dice dos palabras y nuestro Señor desciende del cielo a su
llamada y se encierra en una pequeña Hostia".
"El
sacerdote, por sus poderes, es más grande que un ángel".
"Allí
donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, no hay religión".
"Digo,
algunas veces, al Obispo Devie: Si queréis convertir vuestra diócesis, debéis
hacer unos santos de todos vuestros curas".
"Lo
que nos impide ser santos, a nosotros los sacerdotes, es la falta de reflexión.
No profundizamos en nosotros mismos; no sabemos lo que hacemos. ¡Es la
reflexión, la oración, la unión con Dios lo que necesitamos!"
"¡Oh!
¡Qué bien hace un sacerdote en ofrecerse a Dios, cada mañana, en sacrificio!"
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