San Pío X, de fray Pedro
Subercaseaux (1911)
«¡Qué
alegría, poder decir con todas las veras de mi alma: amo a mi Madre la Iglesia
santa!», escribió San Josemaría en «Camino». Y es natural que este amor se extienda
también a cuantos han amado y defendido a la Iglesia de Cristo en momentos de
especial turbación. Quienes conocen la vida de San Pío X, no pueden dejar de
admirar a este celoso defensor de la fe y de los derechos de la Iglesia, frente
a las fuerzas disolventes del modernismo. San Josemaría Escrivá siempre guardó
por este Santo Pontífice una devoción y gratitud grandes. Así lo reflejan
algunas notas recogidas de diversos coloquios a principios de los años 70 y que
reproducimos a continuación. Un interesante estudio, en lengua portuguesa,
sobre esta devoción del fundador del Opus Dei por San Pío X, puede verse aquí.
«He
recibido varios objetos que pertenecieron a San Pío X, que me han llenado de
alegría. Considero que son muestras de cariño, con las que quiere darnos a
entender que está contento de nuestra oración y de nuestra confianza, y que
intercede por nosotros desde el cielo».
«Leed
todos los documentos suyos, y gozaréis. Son de una actualidad tan grande, que
deberían volverse a escribir para la Iglesia de ahora. Amad mucho a San Pío X y
releed sus escritos».
¿Por
qué habla tanto de San Pío X?, le preguntaron en otra ocasión. Su respuesta fue
la siguiente:
«Porque
le quiero mucho. Pero, ahora, algunos casi abofetean al sacerdote que habla
bien de San Pío X. Yo le amo de una manera muy delicada, porque le debo muchos
favores, y le he puesto como Intercesor para las relaciones del Opus Dei con la
Santa Sede. Me va muy bien.
Recomiendo
todos los documentos pastorales de San Pío X, como su Catecismo… Fue un papa
providencial. Si viniese otro de esas características ahora, la Iglesia
comenzaría a florecer maravillosamente en su unidad».
Elocuente.
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