Santuario de Nuestra
Señora de Lichen, Polonia
El
pasado 18 de julio, Mons. Guido Pozzo, presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, celebró la Misa de
clausura de las Jornadas Ars celebrandi
2018. Se trata de uno de los eventos formativos más importantes para enseñar y
difundir las riquezas de la antigua liturgia. Se lleva a cabo todos los años en
Polonia, durante la época estival, junto al espléndido Santuario de Nuestra
Señora de Lichen, dedicado a la Virgen de los Dolores.
Al
comienzo de su homilía, Mons. Pozzo se refirió a los tesoros que la misa tradicional
guarda y ofrece a los afanes misioneros de la Iglesia de hoy (ella ha forjado grandes
santos en la historia de la Iglesia), como también a la fuerza santificadora de cada unos de sus gestos y oraciones.
Misa Pontifical de Monseñor
Pozzo
«Todos sabemos –dijo Mons. Pozzo en su sermón– que la liturgia es la realidad en la que se actualiza el acto de la
salvación y la manifestación del misterio de Cristo y del misterio de la
Iglesia. La forma litúrgica del «Vetus Ordo» contiene en sí de manera
maravillosa un tesoro doctrinal, espiritual y pastoral que la Tradición ofrece
a la Iglesia contemporánea. Iglesia que quiere ser misionera. No debemos
olvidar que la Misa celebrada en el antiguo Rito Romano fue la misa de
misioneros celosos, de intrépidos seguidores de la fe, de venerables pastores,
de mártires valerosos
En la Misa celebrada según
el Vetus Ordo, cada palabra, cada
momento de silencio, cada gesto y cada rito está lleno de una tensión
verdaderamente sobrenatural que dilata el alma de los fieles para que puedan
recibir la gracia de Dios. Es Dios el protagonista, el primero que trabaja en
la Santa Misa, no la comunidad o el celebrante. Dios es el único actor que
derrama su gracia para que podamos recibirla, acogerla, guardarla y hacerla
fructificar».
Confiados a la intercesión de esa gran muchedumbre de santos y santas que se nutrieron con la piedad de la misa tradicional, oramos para que el Vetus Ordo siga fecundando la misión de la Iglesia, y abunden los sacerdotes que quieran concluir la celebración eucarística inclinados humildemente sobre el altar, repitiendo con fe: «Pláceat tibi, sancta Trinitas, obséquium servitútis meæ…».
Confiados a la intercesión de esa gran muchedumbre de santos y santas que se nutrieron con la piedad de la misa tradicional, oramos para que el Vetus Ordo siga fecundando la misión de la Iglesia, y abunden los sacerdotes que quieran concluir la celebración eucarística inclinados humildemente sobre el altar, repitiendo con fe: «Pláceat tibi, sancta Trinitas, obséquium servitútis meæ…».
Fuentes: messainlatino.it, con un hermoso video-resumen de la Misa Pontifical y arscelebrandi.pl, con el texto de la homilía en polaco.
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