«Salve, Sancta Parens, enixa
puerpera Regem, qui cælum terramque regit in sæcula sæculorum»
«En
la hora decisiva de la historia humana, María se ofreció a sí misma a Dios,
entregó su cuerpo y su alma como morada. En ella y de ella el Hijo de Dios
asumió la carne. Por medio de ella el Verbo se hizo carne. Así María nos dice
lo que es el Adviento: ir al encuentro del Señor que viene a nosotros. Esperarlo,
escucharlo y contemplarlo. María nos explica para qué existen los edificios de
las iglesias: existen para que acojamos en nuestro interior la Palabra de Dios;
para que dentro de nosotros y por medio de nosotros la Palabra pueda encarnarse
también hoy». (Benedicto
XVI, Homilía, 10 de diciembre 2006)
Salve, Santa Madre, que engendrasteis al Rey que gobierna los cielos y la tierra por los siglos de los siglos.
(Introito misa común de Santa María Virgen)
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