Publicamos,
traducido al castellano, un interesante artículo aparecido en la revista
Catholic Herald el pasado jueves 1° de diciembre. Se trata de una fina
respuesta ante el asombro manifestado por el Santo Padre de por qué muchos
jóvenes, que no han sido formados en la antigua Misa latina, sin embargo la
prefieren y les gusta.
Sí, la
misa antigua es “rígida”; y este es un motivo por el que a nosotros
los jóvenes nos encanta.
Por Paolo Gambi
Jueves, 01 de diciembre 2016
Es
preciosa, completamente católica y sin concesiones
En
una entrevista publicada recientemente, el Papa Francisco dijo que estaba
perplejo por los jóvenes que se sienten atraídos por la Misa tradicional
latina. «Siempre trato de entender qué hay detrás de las personas que son
demasiado jóvenes para haber vivido la liturgia preconciliar, pero que aún así
la quieren», ha señalado. « ¿Por qué tanta rigidez?»
Como
alguien que nació después de las reformas litúrgicas, pero prefiere la Misa
antigua, creo que puedo responder a esta pregunta.
En
primer lugar, la Misa antigua es sencillamente más hermosa que la moderna:
mejores ornamentos, cantos más solemnes, más reverencia. La belleza es un
atributo de Dios. Si la belleza decae, se hace más difícil ver a Dios.
En
segundo lugar, la Misa antigua proporciona un sentido más profundo de la
identidad Católica. Actualmente en muchas parroquias la misa se ha convertido
en algo demasiado similar a las celebraciones protestantes. Y si quisiésemos
ser protestantes, fácilmente nos podríamos convertir.
En
cambio, me gustaría volver al latín. El latín ha sido la lengua de los
católicos occidentales desde el principio. Si la objeción consiste en que en el
pasado era la lengua más hablada y ahora la gente no lo usa, entonces todas las
misas deberían ser en inglés; o tal vez en chino. El latín no es sólo una
lengua antigua; es un símbolo de nuestra identidad.
En
tercer lugar, en cuanto a la rigidez, yo diría que la misa antigua es “rígida”
de suyo, y eso es una buena cosa. Nosotros, la generación más joven, necesitamos
cierta rigidez, rodeados como estamos por los sistemas de pensamiento débil y
de “sociedades líquidas”. Si percibimos la Misa como algo rígido, compacto y
riguroso, aquello puede ser atractivo. Si es algo meramente social, entonces
tenemos mejores lugares sociales que frecuentar.
Si
esto no te convence del valor imperecedero de la misa antigua, entonces ¿qué
dirías de lo siguiente? Piensa en todos los santos que han sido formados por
esta misa a lo largo de los siglos. Si los ha producido, no puede ser algo tan
malo, ¿verdad?
Artículo original: Catholic Herald.
Traducción
de P. Fernández. (Las imágenes y destacados están tomados del mismo texto original)
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