Decía
la madre Teresa: «A menudo me siento como un pequeño lápiz en manos de Dios. Él se
encarga de escribir, Él se encarga de pensar, Él se encarga de los movimientos,
yo solo tengo que ser el lápiz» (Discurso de la Madre Teresa de Calcuta
en Roma, 7 de marzo de 1979).
Y qué hermosa página ha escrito Dios con este lápiz
en apariencia frágil pero rebosante de fortaleza y amor divinos. A esta
nueva santa, conocedora profunda de las miserias y lacras de nuestro mundo
moderno, suplicamos: Santa Teresa de Calcuta, ruega por nosotros.
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