sábado, 2 de marzo de 2013

UN ADIÓS FILIAL Y EJEMPLAR Al PAPA

Pocos son los que junto con agradecer a su Santidad Benedicto XVI su servicio a Dios y a la Iglesia, han aprovechado de pedirle perdón por las posibles faltas de docilidad a sus desvelos de Buen Pastor. Quien lo hace manifiesta un corazón magnánimo y verdaderamente filial, más aún cuando el propio Pontífice lo ha hecho el día que anunció su renuncia. Por eso he leído con sumo agrado un artículo del Prelado del Opus Dei, publicado en el ABC el día 1 de marzo, y que termina así: “¡gracias, Santo Padre, perdón por nuestras faltas de correspondencia a sus silbidos de Buen Pastor, y le rogamos que no cese de ayudar a todo el pueblo de Dios con la fecundidad de su pensamiento y de su oración!”

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