Si la figura geométrica del triángulo simboliza el misterio central de la fe cristiana, la Trinidad Santa, Padre, Hijo y Espíritu Santo, también la especificidad de la fe católica está significada por un triángulo dogmático: la misa como verdadero Sacrificio, María Santísima y el Papa. De ahí la tremenda popularidad de que han gozado estas verdades en la fe de los creyentes católicos de todos los tiempos. Cualquier fisura en ellas, por pequeña que sea, desvirtúa los cimientos mismos de la Iglesia de Jesucristo. Es precisamente la tragedia del fenómeno ortodoxo, y de forma más radical, del fenómeno protestante. En estos días en que el misterio del papado romano se ha hecho tan presente a los ojos de la humanidad, sintamos el orgullo de ser hijos de un Papa que nos ama a todos en la entrañas de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario