miércoles, 19 de agosto de 2020

UNA RESPUESTA AUTORIZADA SOBRE LA COMUNIÓN EN LA LENGUA

San Carlos Borromeo administra el Santísimo Sacramento 
a las víctimas de la peste en Milán. Pierre Mignard (ca 1680)

En el año 1999 se solicitó a la Sagrada Congregación para el Culto Divino una respuesta aclaratoria sobre si era lícito obligar a los fieles a recibir la Sagrada Comunión exclusivamente en la mano. Eran tiempos en que los dubia solían responderse con presteza y competencia admirables. Por la actualidad que reviste el tema y por la insistencia, a veces poco juiciosa, con que se quiere imponer la comunión en la mano, recojo la respuesta a esa consulta aparecida en la revista Notitiæ, órgano informativo oficial de la Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos.

RESPONSA AD DUBIA PROPOSITA (Respuestas a las dudas propuestas)

Pregunta: Si en las diócesis donde se puede distribuir la comunión en la mano de los fieles, es lícito que el sacerdote o los ministros extraordinarios de la comunión obliguen a los comulgantes a recibir la hostia exclusivamente en la mano y no sobre la lengua.

Respuesta: Consta claramente por los mismos documentos de la Santa Sede que en las diócesis donde el pan eucarístico se coloca en la mano de los fieles, permanece intacto su derecho a recibirlo en la lengua. Por consiguiente, actúan en contra de las normas establecidas, tanto los que obligan a los comulgantes a recibir la comunión exclusivamente en la mano, como los que niegan a los fieles la comunión en la mano, en las diócesis que gozan de este indulto.

En cumplimiento de las normas sobre la distribución de la Sagrada Comunión, los ministros ordinarios y extraordinarios deben tener especial cuidado de que la hostia sea inmediatamente sumida por los fieles, de tal manera que nadie se aleje con las especies eucarísticas en la mano.

Recuerden todos que es una tradición secular recibir la hostia en la lengua. El sacerdote celebrante, si existe peligro de sacrilegio, no dé la comunión en la mano a los fieles, y haga que tomen mayor conciencia del fundamento de esto modo de proceder.

Fuente: Notitiæ 1999, n° 392-393, pp. 160-161

 

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