jueves, 7 de noviembre de 2019

EL SIGNIFICADO DE LOS ORNAMENTOS NEGROS

Exequias del Cardenal Joachim Meisner
Catedral de Colonia, julio de 2017

Durante el mes noviembre, la Iglesia, como buena Madre, hace especial memoria de sus hijos difuntos. Lo recordaba el Papa recientemente: «Queridos amigos, en este mes de noviembre estamos invitados a rezar por los difuntos. Encomendemos a Dios, especialmente en la Eucaristía, a nuestros familiares, amigos y conocidos, sintiéndonos cercanos en la compañía espiritual de la Iglesia». En este contexto de recuerdo y oración por nuestros fieles difuntos, me ha parecido interesante ofrecer en español un artículo de Brian Williams sobre el significado de los ornamentos negros en el uso litúrgico de la Iglesia. Si bien han ido desapareciendo en las últimas décadas, su uso está plenamente vigente y es ampliamente recomendable.


Abogando por los ornamentos negros
Por Brian Williams
Texto original: Liturgy Guy

E
l día de Todos los fieles difuntos nos presenta una vez más la oportunidad de considerar el uso de ornamentos negros dentro de la Misa. Mientras el negro es el color litúrgico requerido para el día de todos los fieles difuntos y para todos los funerales en la Misa latina tradicional, ha desaparecido casi del todo en el Novus Ordo. El blanco, un color históricamente asociado al bautismo y otras celebraciones, ha reemplazado al negro en la mayoría de las parroquias durante los últimos cuarenta años.
Comenzando con la elección del Papa Benedicto XVI en 2005, y continuando con el resurgimiento del antiguo rito tras la promulgación de Summorum Pontificum en 2007, toda una generación de sacerdotes amigos de la tradición ha comenzado a redescubrir el rico significado del uso de los ornamentos negros. El padre Ryan Erlenbush, escribiendo varios años atrás en The New Theological Movement, señalaba:

El color negro significa luto, pero no simplemente luto en general. El negro nos invita más particularmente a llorar y orar por los muertos. Mientras que el blanco es un color de fiesta y regocijo, el violeta (morado) es el color que significa la penitencia y dolor por el pecado.
El violeta, sin embargo, nos invita más al dolor por nuestros propios pecados y hacer penitencia por nuestra propia miseria. El negro, por otro parte, nos ayuda moviéndonos a llorar no por nosotros mismos, sino por el difunto. Esta es la razón por la cual el negro es tan adecuado para la Misa de exequias (además de las de Requiem y la de Todos los fieles difuntos); este color nos recuerda rezar por los muertos.

En pocas palabras, el uso de ornamentos negros es auténticamente católico. La verdad dogmática de que nosotros, la Iglesia Militante, debemos rezar por los muertos se reafirma con el uso del color negro en la Misa. Se trata de otro ejemplo más de cómo nuestra liturgia reafirma nuestra teología: lex orandi, lex credendi. Es también una enseñanza de la Iglesia que la mayoría de los protestantes no sostiene ni comprende. El padre Erlenbush continúa diciendo:

La Misa de Exequias no es en realidad para la familia, aunque haya ciertamente muchas oraciones para consolar a aquellos que están afligidos. Más bien la misa exequial es principalmente para quien ha fallecido: prácticamente cada oración es para pedir por el perdón de sus pecados (esto es, por la remisión de la pena temporal debida al pecado). Los funerales no son principalmente para los vivos, sino para los muertos, aunque alguien (aunque sea un sacerdote) te pueda decir otra cosa. Es por eso que no tiene sentido, teológicamente hablando, usar ornamentos blancos o incluso morados para una Misa exequial o de Requiem.

La Conmemoración de Todos los fieles difuntos nos brinda la oportunidad de contemplar nuestra propia condición mortal, mientras rezamos en la tierra por la Iglesia purgante. Los ornamentos negros recuerdan a los fieles que debemos orar por los difuntos. Y esta obra de misericordia espiritual no es opcional. El Padre Erlenbush aborda la confusión que puede ocasionar el uso de vestimentas blancas en el día de Todos los difuntos:

En el día de Todos los Santos, está prescrito para el sacerdote llevar ornamentos blancos porque los santos están ya en el cielo y disfrutan de la visión de Dios. Ellos son absolutamente felices y no tienen ninguna necesidad de nuestras oraciones. En el día de todos los fieles difuntos, sin embargo, la Misa es ofrecida por las almas santas del purgatorio; se ofrece como una oración en su favor, para la remisión de la pena temporal debida a sus pecados.
Ahora bien, si el sacerdote usa ornamentos blancos el día de todos los fieles difuntos, ¿podrá sorprenderse de que sus fieles hayan dejado de creer en la realidad del purgatorio?  Si el sacerdote usa un color festivo, en lugar del color propio del duelo piadoso, ¿creerá alguna vez alguien que hay almas que sufren una purificación después de la muerte?

Como la Misa latina tradicional requiere ornamentos negros para el día de todos los fieles difuntos, como también para las misas exequiales y de Requiem, el resurgimiento de este color litúrgico solo debería aumentar en los próximos años. Con muchos sacerdotes jóvenes aprendiendo ambas formas del Rito Romano, poco a poco comenzaremos a ver que las vestimentas blancas ceden el paso al tradicional color negro en más y más parroquias en el día de todos los fieles difuntos. Esta recuperación litúrgica puede ayudar a una mayor comprensión del purgatorio y de nuestra necesidad de orar por las almas de los fieles difuntos.

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