Verdaderamente
extraordinaria, no solo por el rito sino también por la piedad y devoción con
que se vivió, fue la primera Misa solemne del padre Adolfo Hormazábal, primer sacerdote
chileno del Instituto Buen Pastor, en la parroquia de la Vera Cruz. Como
ministros sagrados oficiaron el padre Carlos Cepeda de Diácono, el padre Miguel
Ángel Bastias de Subdiácono y el padre Federico Mönckeberg de Presbítero
asistente. Familiares y amigos del nuevo sacerdote, junto a muchos otros fieles,
acompañaron al nuevo presbítero en su primera Misa Solemne y besaron sus manos
consagradas convertidas para siempre en cuna y trono de Jesús sacramentado.
Un momento
de particular emoción, como se aprecia en una de las fotografías, fue cuando la madre del padre Adolfo se acercó a besar las manos de su hijo
sacerdote.
Magníficas imágenes, y además de gran significación.
ResponderEliminarFue una lástima que el aviso haya sido subido a última hora.