- Día de ira, aquel día, que reducirá este mundo a cenizas, como profetizaron David y la Sibila.
- ¡Cuánto terror sobrevendrá cuando venga el Juez a pormenorizar todas las cosas con estricto rigor!
- La trompeta, esparciendo un admirable sonido por todos los sepulcros del mundo, reunirá a todos ante el trono.
- La muerte y la naturaleza quedarán estupefactas cuando resuciten las criaturas para responder a su Juez.
- Saldrá a la luz el libro escrito que todo lo contiene, por el que el mundo será juzgado.
- Cuando al Juez le parezca oportuno, todo lo oculto saldrá a la luz; nada quedará impune.
- ¿Qué podré yo, miserable, decir entonces? ¿A qué protector invocaré, cuando apenas los justos están seguros?
- Rey de tremenda majestad, que salvas gratis a quienes van a ser salvados, sálvame, fuente de piedad.
- Recuerda, piadoso Jesús, que soy la causa de tu venida, no me pierdas aquel día.
- Buscándome, te sentaste cansado; me redimiste padeciendo muerte de cruz; no sea vano tanto esfuerzo.
- Juez que castigas justamente, hazme el regalo del perdón antes del día del juicio.
- Gimo como un reo, se enrojece mi rostro por el pecado, perdona, Dios, a quien te implora.
- Tú,
que absolviste a María Magdalena y escuchaste al ladrón, también a mí me diste
esperanza.
- Mis
ruegos de nada valen, pero tú que eres bueno, sé misericordioso: que no me
queme en el fuego eterno.
- Dame un lugar entre las ovejas y separándome de los cabritos colócame a tu diestra.
- Rechazados
ya los condenados, y entregados a las duras llamas, llámame con los
bienaventurados.
- Suplicante y humilde te ruego, con el corazón casi hecho ceniza: toma a tu cuidado mi destino.
- Día de lágrimas será aquel en que resurja del polvo el hombre culpable para ser juzgado.
- Perdónale pues, oh Dios. Piadoso Señor Jesús: dales el descanso eterno.
sábado, 2 de noviembre de 2013
EL DIES IRAE: UNA JOYA LITÚRGICA DIGNA DE MEDITACIÓN
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