lunes, 21 de septiembre de 2020

LA HORA DE MATEO

San Mateo de Guido Reni 

Comentando el episodio evangélico de la vocación de Mateo, San Juan Crisóstomo nos advierte que la llamada de Dios suele tener su momento irrepetible, su hora decisiva, sabiamente decretada por la providencia divina. Es la hora de la madurez del alma que, fortalecida por la gracia de Dios, está en condiciones de levantarse ante el imperioso «sígueme» de Cristo y poner la vida entera a su disposición.


«¿Por qué razón –comenta el Crisóstomo– no llamó el Señor a Mateo al mismo tiempo que a Pedro y Juan y a los demás discípulos? Porque, así como se presentó a éstos en el momento en que sabía que los hallaría dóciles a su llamamiento, así también llama a Mateo en el momento en que sabe le ha de obedecer. Por la misma razón pescó a Pablo después de la resurrección. El que conoce los corazones y sabe los íntimos secretos del alma de cada uno, sabía también el momento en que cada uno le había de obedecer...

 

Mas ya que habéis visto el poder del que llama, considerad también la obediencia del llamado. Porque Mateo no opuso ni un momento de resistencia ni dijo dudando: ¿Qué es esto? ¿No será una ilusión que me llame a mí, que soy hombre tal? Humildad, por cierto, que hubiera sido totalmente intempestiva. No; Mateo obedeció inmediatamente y ni siquiera pidió al Señor le permitiera ir a su casa y dar la noticia a los suyos, como, por lo demás, tampoco lo hicieron los pescadores. Éstos dejaron redes barca y padre, y Mateo su oficio de recaudador y su negocio, para seguir al Señor. Y al mostrar una decisión pronta para todo y desprenderse a sí de golpe de todas las cosas de la vida, atestiguaba muy bien, por su perfecta obediencia, que le había el Señor llamado en el momento oportuno» (San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, Homilía 30, 1).

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario