jueves, 22 de agosto de 2019

REALEZA DE MARÍA

Coronación de la Virgen de Rubens 

«Él, el Hijo de Dios, dirige hacia su Madre celestial la gloria, la majestad y el gobierno de su realeza, pues habiendo sido asociada con el Rey de los mártires en la obra inefable de la redención humana como Madre y cooperadora, permanece asociada con Él para siempre por vía de un casi ilimitado poder en la distribución de las gracias que fluyen de la redención. Jesús es Rey desde toda la eternidad por naturaleza y por derecho de conquista: por Él, con Él y subordinada a Él, es María Reina por gracia, por redención divina, por derecho de conquista y por singular elección, y su reino es tan vasto como el de su Hijo y Dios, ya que nada a sido excluido de su soberanía.
Por esta razón, la Iglesia la saluda como Señora y Reina de los Ángeles y de los Santos, de los Patriarcas y Profetas, de los Apóstoles y Mártires, de los Confesores y de las Vírgenes. Por lo mismo, la aclama como Reina de cielos y tierra, como gloriosa y dignísima Reina del universo: Regina caelorum, gloriosa Regina mundi, Regina mundi dignissima; y nos enseña a invocarla día y noche entre los gemidos y lágrimas por los que es fecundo este exilio: Dios te salve Reina, Madre de la misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra» (Pío XII, Radiomensaje a los peregrinos de Fátima, 13 de mayo de 1946).




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