miércoles, 14 de marzo de 2018

LA FE QUE SE HACE ARTE

Catedral de Colonia. Foto: wikipedia.org


     El poeta alemán Heinrich Heine (1797–1856) veía en la majestuosidad de las catedrales medievales una auténtica «encarnación» de la fe en el arte. No obstante su espíritu algo escéptico, percibía que solo una convicción sólida en la posesión de la verdad era capaz de otorgar al hombre el coraje y la magnanimidad necesarias para levantar esos templos. Así pudo escribir con relación a la catedral de Colonia: «Los antiguos tenían dogmas, con los pue podían construir catedrales. Nosotros tenemos opiniones y con las opiniones no se construyen catedrales». Efectivamente, en base a simples opiniones el hombre se cierra a la excelencia en todo orden de cosas. La renuncia a la posesión de la verdad solo puede crear tedio y mediocridad, nada auténticamente perdurable.

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