El
prestigioso civilista chileno profesor Hernán Corral desenmascara hoy, en columna
del diario el Mercurio, la soterrada crueldad que contiene la ley sobre eutanasia
infantil recientemente aprobada en Bélgica. Destacamos los siguientes párrafos:
“Uno
podría pensar que, si se aplicaran estrictamente y de buena fe los requisitos
de la nueva ley, la eutanasia de un niño no podría practicarse. Pero si esto
fuera correcto, la ley resultaría ser aún más peligrosa, porque invitaría a
saltarse las exigencias y a relajar los requerimientos, pues el mensaje que
ella pretende entregar a la comunidad es que un niño con una enfermedad grave
posee una vida menos valiosa y puede ser desechada por inútil. Una muestra de
lo que el Papa Francisco ha llamado la "cultura del descarte".
Lo
que produce estupor es que se ponga sobre los hombros del mismo niño la
decisión de poner fin a su existencia. Si esto ya es terrible cuando se trata
de un anciano, es todavía más cruel cuando involucra a un infante. Todo el
sistema legal y sanitario susurrará al oído del niño enfermo que quizás está
siendo egoísta y obstinado al hacer sufrir a sus padres y familiares, al
obligarlos a incurrir en cuantiosos gastos, todo por su persistencia en querer
vivir, cuando bastaría con decir que sus dolores le resultan insoportables:
"Sé un poco más generoso y ayúdanos a no tener que hacernos cargo de
ti...". Si esto no es una tortura, está muy cerca de serlo.
Y
no hablemos del peso agobiante que se hace recaer en los padres que deberán
aprobar o rechazar la voluntad del hijo de que sus propios médicos le quiten la
vida”.
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