En
una reciente entrevista a la emisión alemana de radio vaticana, el cardenal
Gerhard L. Müller señalaba un aspecto importante y muy actual de su papel como
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: "que nadie se apropie
del Papa para determinados fines". Y continuaba: "resulta precisamente interesante que justo
en estos momentos tantos grupos se remitan al Papa, habiendo prácticamente
rechazado el papado anteriormente. En cualquier caso, por lo que respecta a
nosotros, de lo que se trata es de servir al Papa y a la Iglesia, en vez de
servirnos del Papa”. http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=20340
Tarea
urgente y necesaria esta del Prefecto, para que no se repita con nuestro amado Papa
Francisco algo semejante a lo sucedido con la figura señera del Beato Juan
XXIII, tantas veces instrumentalizada con fines ideológicos. Hace años, el reconocido escritor católico Tito
Casini, en su famosa apología de la antigua liturgia, publicada en forma de
carta y bajo el simbólico título de La
Túnica Rasgada, escribía al respecto, en un imaginario diálogo con el santo Pontífice: “¡Pobre, bueno y santo Papa Juan!
¡Con cuánta hipocresía los enemigos de la Iglesia han pretendido atribuiros lo
que no dijisteis, ni quisisteis decir, para presentaros como paladín de sus
ideas y conquistar así a los ingenuos y a los necios!… Pero, no estoy solamente
hablando de éstos, de los enemigos abiertamente confabulados contra la Iglesia,
cuya diabólica duplicidad bien conocía la manera de aprovecharse de vuestra
gran bondad y reconocida caridad, -la bondad y caridad de un santo para el que
yerra, a fin de sacarlo del error, no para confirmarlo en él-; estoy hablando
también de aquellos otros, de Vuestros amigos “católicos”, cuyas palabras y
acciones no colaboran con el misterio de la Iglesia, su Madre y Maestra, de la
que Vos erais cabeza visible, sino con sus calumniadores y perseguidores…”
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