Gozo
oyendo o leyendo los testimonios de jóvenes que asisten por primera vez a la
misa en su forma extraordinaria. Sobre todo porque suelen tener la frescura del candor juvenil, de la impresión espontanea, carente de prejuicios o
de resonancias ideológicas. Así, mientras un cardenal alemán casi octogenario declara,
con cierto escepticismo, que el entusiasmo por el latín y el rito antiguo tiene
mucho que ver con el prestigio y las falsas pretensiones de una supuesta élite
cultural, y que no le parece una realidad que esté creciendo desde abajo, la
página Cordialiter nos suministra testimonios de muchos jóvenes, tomados de la vida real, sobre su experiencia al entrar en contacto con el rito de San Pio V. Estimo que estos testimonios son como el grito de los de abajo que suplican a
los de arriba: ¡dejadnos ser
piadosos!
A
continuación, dejo esta traducción al español de la carta de una joven
estudiante a Cordialiter:
Querido
hermano en Cristo,
¿Cómo estás? Quería hacerte partícipe de la
alegría que he experimentado en este día. Hoy finalmente he podido asistir a la
misa en latín por primera vez. ¡Estoy contentísima! ¡Qué hermoso ver gente que se preocupa de asistir a la misa en rito antiguo! Pero, sobre todo,
¡qué hermoso poder recibir la Comunión de rodillas! Mientras el celebrante
hacía la señal de la cruz con la Hostia consagrada en la mano, yo miraba a mi
Jesús hasta que después se ha posado dulcemente sobre mi lengua. ¡Qué
delicadeza! ¡Así se ha hecho la Comunión! ¡Qué belleza! Además de esto, quería
darte las gracias por las hermosas cartas publicadas en tu blog. Sin él nunca
hubiera llegado al conocimiento de tantas cosas. ¡Gracias! ¡No sabes cuánto
bien estás haciendo a las almas, o mejor, cuánto bien está haciendo el Señor a
través de ti! […] ¡Qué Dios te bendiga!
Hasta luego.(Carta firmada)
Sobre las declaraciones del cardenal Lehmann ver:
Texto original de la carta:
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