Cristo Pantocrátor
Catedral
de Cefalù, Sicilia
Escolio
de Gómez Dávila en respuesta a quienes piensan la religión como mero sucedáneo para
satisfacer carencias y limitaciones de nuestra condición presente. La religión
existe porque Dios existe, y el hombre de todos los tiempos así lo intuye.
«Pregonar el ‘consuelo’ de la religión es gesto de feuerbachiano
clandestino.
Dios no es substituto de placeres ausentes, de apetitos
sofrenados, de codicias incumplidas. Dios es la presencia invisible que corona
la plenitud terrestre más colmada, el éxtasis más alto de la dicha más ebria,
la hermosura en que florece la hermosura.
Dios no es compensación inane de la realidad perdida, sino el
horizonte que circunda las cumbres de la realidad conquistada» (Nicolás Gómez
Dávila, Escolios a un texto implícito, Ed. Atalanta 2009, p.191).
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