viernes, 1 de noviembre de 2024

LA LUMINOSIDAD DE LOS SANTOS

Conocida es la respuesta que dio un niño cuando se le preguntó sobre quiénes eran los santos. Son los que dejan pasar la luz, respondió el pequeño. En su respuesta latía el recuerdo de lo que le había oído a su padre cuando, al visitar una vieja catedral, le había preguntado qué eran aquellas figuras representadas en las vidrieras coloridas del templo. Son santos, hijo, le había contestado su padre como de pasada.

El Papa Francisco también ha utilizado esta imagen para ilustrar la santidad: «La solemnidad de Todos los Santos, decía en 2017, es “nuestra” fiesta: no porque nosotros seamos buenos, sino porque la santidad de Dios ha tocado nuestra vida. Los santos no son figuritas perfectas, sino personas atravesadas por Dios. Podemos compararlas con las vidrieras de las iglesias, que dejan entrar la luz en diversas tonalidades de color. Los santos son nuestros hermanos y hermanas que han recibido la luz de Dios en su corazón y la han transmitido al mundo, cada uno según su propia ‘tonalidad’» (Ángelus, 1° de noviembre de 2017).

La luz infinita de Dios irradiada en el muchedumbre de los bienaventurados despierta en nosotros el deseo de la santidad, de buscar “las cosas de arriba, no las de la tierra” (Col 3, 2), de anunciar el poder de aquel que nos “llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2, 9), de evitar el pecado que vuelve sombrío y opaco nuestro corazón.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario