viernes, 9 de octubre de 2020

TOCAR A CRISTO CON FE Y HUMILDAD

Extracto de un sermón de San Pedro Crisólogo sobre la fe y humildad con que la hemorroísa tocó el manto de Cristo y alcanzó su curación.

«Acercándose por detrás, le tocó el borde de su manto (Cf. Mt 9 18-26). ¡Qué debió de ver escondido en la intimidad de Cristo, la que en el borde de su manto descubrió todo el poder de la divinidad! ¡Cómo enseñó lo que vale el cuerpo de Cristo la que mostró que en el borde de su manto hay algo de tanta grandeza!

Ponderen los cristianos, que cada día tocan el Cuerpo de Cristo, qué medicina pueden recibir de ese mismo cuerpo, si una mujer recobró completamente la salud con sólo tocar la orla del manto de Cristo. Pero lo que debemos llorar es que,  mientras la mujer se curó de esa llaga, para nosotros la misma curación se torna en llaga. Por eso, el Apóstol amonesta y deplora a los que tocan indignamente el cuerpo de Cristo: pues el que toca indignamente el cuerpo de Cristo, recibe su propia condenación» (cf. 1 Cor 11, 29). (San Pedro Crisólogo, Sermón 34).


 

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