jueves, 20 de noviembre de 2014

EL LATÍN, MÁS QUE ÚTIL, BELLO

Copio de una interesante carta aparecida en el Mercurio de Santiago el pasado 3 de noviembre, algunas consideraciones que un joven filósofo nos ofrece sobre el estudio de la lengua latina.

"El latín que debería estudiarse como disciplina obligatoria en las escuelas humanistas y en las universidades es, nada más ni nada menos, la lengua en la cual se plasmó el genio de épocas completas. Estudiar latín es introducirse en una gran odisea del espíritu humano, es sentarse a conversar con poetas, filósofos, oradores, concilios, teólogos, juristas, astrónomos y goliardos. Es darse cuenta de una gran verdad: sin estos personajes que pensaron y hablaron en latín, hoy estaríamos probablemente en las cavernas, comiéndonos los unos a los otros.
Sentarse a traducir, lentamente, las frases de algún vate o las sentencias de algún sabio, descubrir cómo nuestro castellano revela etimologías deliciosas, admirar la estructura y confección de frases musicales y recónditas, y darse cuenta de que somos herederos de un caudal aquilatado por muchos siglos es, entonces, como ir a un concierto de J. S. Bach o admirar una puesta de sol. Una actividad gratuita, pacífica, intensa y feliz".

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