Ofrecemos una traducción de la
entrevista que Don Roberto Spataro SDB, secretario de la Pontificia Academia Latinitas,
creada por Benedicto XVI en 2012 para estudio y difusión de la lengua y cultura
latinas, ha dado a Lettera Napoletana con ocasión de su visita a Bacoli
(Nápoles) el pasado 27 de julio. Don Spataro, docente de literatura cristiana,
es un gran amante y defensor de la liturgia tradicional. En sus respuestas,
breves pero incisivas, resalta el papel siempre actual y necesario de la Forma
Extraordinaria del rito Romano.
P.
¿Considera que la Misa en el rito romano antiguo sea una respuesta, para los
fieles que participan en ella, a la pérdida del sentido de lo sagrado en
nuestra sociedad?
R.
Estoy de acuerdo. En el mundo occidental, como está a la vista de todos, el
proceso de secularización se vuelve dramáticamente siempre más agresivo e
invasivo. Por tanto, es necesario ofrecer espacios donde lo
"sagrado", es decir, la presencia objetiva de Dios, sea comunicado y
aprendido, acogido y asimilado. La Misa "tridentina" privilegia un
lenguaje, hecho de palabras en una lengua reservada a Dios, y de elocuentes
símbolos, que involucran todos los sentidos externos e internos del hombre,
capaz de transmitir inmediatamente y con eficacia la belleza y la potencia de
lo "sagrado".
P.
¿Cómo explica el hecho de que sobre todo en los países anglosajones, pero
también en Brasil, sean especialmente los jóvenes los más atraídos por el rito
tradicional?
R.
En los países anglosajones sucede un fenómeno significativo: no son pocos los
jóvenes que procedentes de varias denominaciones protestantes adhieren al
Catolicismo y aman la Misa "tridentina" porque en ella encuentran lo
que, movidos por la gracia de Dios, buscaban:
la naturaleza sacrificial de la Misa, el papel insustituible del sacerdocio ordenado,
la fe en la presencia real y en la transubstanciación. Por otra parte, perciben
en la Misa Tridentina una verdadera y propia suma de la fe católica a la que
han dado su apoyo con entusiasmo y, a veces, soportando obstáculos e
incomprensiones.
P.
En relación al clero, se encuentran mucho más fácilmente sacerdotes de entre 30
a 40 años dispuestos a celebrar el rito tridentino que sacerdotes de entre 50 a
60. ¿Cómo es eso?
R.
Los sacerdotes que hoy tienen entre 50 y 70 años se formaron en los años del
postconcilio, cuando existía una cierta sospecha, por no decir una verdadera y
propia hostilidad, hacia la Tradición, y se buscaba, en la teología y en la
pastoral, un "novum" concebido ingenuamente como un "bonum".
Están, por tanto, psicológicamente bloqueados hacia lo que consideran un
"retorno al pasado". En las generaciones más jóvenes, especialmente
entre aquellos seminaristas y jóvenes que han seguido con alegría la enseñanza
del Papa Benedicto XVI, este prejuicio no existe, porque no han vivido ni los
años del Concilio ni las primeras décadas que le siguieron. Para algunos de
ellos, la Tradición es un recurso, un "regreso al futuro", si se me
permite el oxímoron.
P. En una reciente conferencia usted habló de
"minorías creativas" en relación a los grupos de fieles que se organizan
para pedir a los párrocos celebrar con el Vetus Ordo y ha recordado que las
reformas, también litúrgicas, han comenzado a veces de pequeñas comunidades
monásticas.
R.
El concepto de "minoría creativa" ha sido valorizado por el entonces
Cardenal Ratzinger para describir grupos de personas que, con sus fuertes
motivaciones, su testimonio de vida, a veces con su organización, y sobre todo
con su adhesión a un pensamiento "fuerte", inspirado en los valores
del humanismo cristiano, los "principios no negociables", pueden
regenerar desde dentro la sociedad corroída por la "dictadura del
relativismo", un poco como las antiguas comunidades monásticas han salvado
y renovado de modo creativo la civilización romana en su crepúsculo. En el
fondo, "minoría creativa" es un concepto cercano a la categoría
bíblica de "pequeño resto", aquellos pocos que, a causa de su
fidelidad a Dios, se vuelven un instrumento de su acción redentora. Incluso en
las épocas más oscuras de la historia, Dios, en su providencia, siempre suscita
la presencia de personas piadosas y buenas, humildes y valientes.
P.
Después del Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI piensa que el
clima esté cambiando y que, al menos en Italia, la difusión del rito romano antiguo
ocurra con mayor dificultad?
R.
No estoy en condiciones de establecer un "ranking" nacional de
resistencia al Motu Proprio. Ciertamente, miembros del clero y conocidos prelados
en Italia no han ocultado su oposición a Summorum Pontificum. Pero séame permitido
decir que, no pocas veces, gentes que expresan su desacuerdo con la Misa tridentina
tienen un conocimiento superficial y contestan un documento pontificio sin
haberlo leído nunca en su totalidad.
P.
Para tantos católicos desorientados por la agresión de la cultura laicista y por
la desacralización, ¿piensa que el retorno de la Misa tridentina sea una
esperanza?
R.
¡Indudablemente! En torno a esta noble forma litúrgica, realmente culmen et
fons (culmen y fuente), fieles laicos y sacerdotes organizan su propia vida
espiritual. Sacan los tesoros de la gracia divina y encuentran, como puedo
constatar sobre todo entre los fieles laicos, un alimento sólido para
corroborar la propia fe y dar un testimonio valiente, en un ambiente que tiende
a marginar el Cristianismo y su incidencia social, con los resultados de volver
el mundo, justo por su indiferencia y hostilidad a Dios, menos humano y misericordioso, como
nos lo recuerda el Papa Francisco.
Fuente: Lettera Napoletana, en www.summorumpontificum.org/2014/09/don-roberto-spataro-la-messa-tridentina-difende-il-senso-del-sacro/
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