“Considera
también las palabras de la profecía con que esta entrada se representa, que son
éstas: «Alégrate mucho, hija de Sión, y haz fiesta, hija de Jerusalén, y mira
cómo viene para ti tu Rey pobre y manso, asentado sobre una asna y un pollino,
hijo suyo» (Zac IX, 9).
Todas
estas palabras son palabras de grande consolación. Porque decir «tu Rey y para
ti» es decir que este Señor es todo tuyo, y que todos sus pasos y trabajos son
para ti.
Para
ti viene, para ti nace, para ti trabaja, para ti ayuna, para ti ora, para ti
vive, para ti muere, para ti, finalmente, resucita y sube al Cielo”. (Fray Luis
de Granada, Vida de Jesucristo, Ed.
Rialp, Madrid 1990, p. 98)
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