Gloriosa
emperatriz de todas las criaturas. Así llama San Buenaventura a la Virgen María en
uno de sus sermones sobre la Asunción. Una hermosa mención mariana para este día en
que la Iglesia celebra su realeza y nos dirige esta invitación:
Christum regem, qui suam coronavit Matrem, venite, adoremus. Venid, adoremos a Cristo Rey, que ha coronado a su Madre. Y cuánta razón en este pensamiento de un alma enamorada: “Llénate de seguridad: nosotros tenemos por Madre a la Madre de Dios, la Santísima Virgen María, Reina del Cielo y del Mundo”. (San Josemaría Escrivá, Forja 273).
Christum regem, qui suam coronavit Matrem, venite, adoremus. Venid, adoremos a Cristo Rey, que ha coronado a su Madre. Y cuánta razón en este pensamiento de un alma enamorada: “Llénate de seguridad: nosotros tenemos por Madre a la Madre de Dios, la Santísima Virgen María, Reina del Cielo y del Mundo”. (San Josemaría Escrivá, Forja 273).
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