jueves, 25 de diciembre de 2025

VAYAMOS HASTA EL BELÉN CELESTIAL

Adoración de los pastores. 
Luca Giordano

"Y sucedió que, luego que los ángeles se apartaron de ellos hacia el cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos hasta Belén y veamos este hecho que acaba de suceder y que el Señor nos ha manifestado. Y vinieron presurosos, y encontraron a María y a José y al niño reclinado en el pesebre" (Lc 2, 15-16).

«Verdaderamente aquellos pastores se apresuraron a ver con gozosa alegría aquello que habían escuchado y, por haber buscado con amor vibrante, de inmediato merecieron encontrar al Salvador a quien buscaban. Pero también con sus palabras y hechos mostraron con qué afán deben buscar a Cristo los pastores de ovejas dotadas de razón e incluso todos los fieles. Vayamos hasta Belén -dicen- y veamos este hecho que acaba de suceder.

Vayamos también nosotros, hermanos queridísimos, con nuestro pensamiento hasta Belén, la ciudad de David, volvámosle a visitar con nuestro amor y celebremos su encarnación con los debidos honores. Vayamos, dejando de lado con todo el deseo de nuestro corazón las bajas concupiscencias de la carne, hasta el Belén celestial: esto es, hasta la «casa del pan» vivo en los cielos, no hecha por mano de hombre, sino eterna; y volvámosle a visitar, porque el Verbo que se hizo carne, ha ascendido hasta allí con su carne y está sentado a la derecha de Dios Padre. Sigámosle hasta allí con el vigor de nuestras virtudes y, con la solícita mortificación del alma y del cuerpo, procuremos merecer contemplar cómo reina en el trono de su Padre Aquel al que los pastores vieron, dando vagidos en un pesebre».

(San Beda, Homilías sobre los evangelios/I. Homilía VII, En la Navidad del Señor, Ciudad Nueva 2016, p. 142-142.).


 

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