Recojo esta piadosa consideración de Fray Luis de Granada sobre la
sepultura de Cristo. La concatenación de los distintos «huertos» como
escenarios privilegiados de nuestra salvación, me parece especialmente
sugerente y literariamente hermosa.
* * *
«Resta considerar con cuánta devoción y compasión,
cuáles serían allí las lágrimas del amado discípulo, de la santa Magdalena y de
las otras piadosas mujeres: cómo lo envolverían en aquella sábana limpia, y
cubrirían su rostro con un sudario, y finalmente lo llevarían en sus andas, y
lo depositarían en aquel huerto donde estaba el santo sepulcro. En el huerto
comenzó la pasión de Cristo, y en el huerto se acabó, y por este medio
nos libró del Señor de la culpa cometida en el huerto del paraíso, y por
ella finalmente nos lleva al huerto del cielo. Pues, oh buen Jesús, concédeme,
aunque indigno, ya que entonces no merecí hallarme con el cuerpo presente a
estas tan dolorosas obsequias, me halle en ellas meditándolas y tratándolas con
fe y amor en mi corazón, experimentado algo de aquel afecto y compasión que tu
inocentísima Madre y la bienaventurada Magdalena sintieron en este día» (Vida
de Cristo, EDIBESA, Madrid 2000, p. 297).
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