Un amigo nos envía estas fotografías de la procesión del Corpus de hoy en la capital polaca. Años atrás, el Papa Benedicto aludía al sentido profundo de este “pasear” a Jesús sacramentado, entronizado en la custodia, por las calles de nuestras ciudades:
«En este sacramento, el Señor se encuentra siempre en camino hacia el mundo. Este aspecto universal de la presencia eucarística se muestra en la procesión de nuestra fiesta. Llevamos a Cristo, presente en la figura del pan, por las calles de nuestra ciudad. Encomendamos estas calles, estas casas, nuestra vida cotidiana, a su bondad.
¡Que nuestras calles sean calles de Jesús! ¡Que nuestras casas sean casas para él y con él! Que en nuestra vida de cada día penetre su presencia. Con este gesto, ponemos ante sus ojos los sufrimientos de los enfermos, la soledad de los jóvenes y de los ancianos, las tentaciones, los miedos, toda nuestra vida. La procesión quiere ser una bendición grande y pública para nuestra ciudad: Cristo es, en persona, la bendición divina para el mundo. ¡Que el rayo de su bendición se extienda sobre todos nosotros!» (Benedicto XVI, Homilía en el día del Corpus Christi, al celebrar la eucaristía en la plaza de la Basílica de San Juan de Letrán. 28/05/2005).
No hay comentarios:
Publicar un comentario