lunes, 14 de febrero de 2022

LAS NOTAS DE LA SANTIDAD

«Solo hay una tristeza, y es la de no ser santo», decía León Bloy. La vida cristiana es vida de santidad, y nunca debemos apartar la mirada de esta meta suprema que guía nuestro caminar terreno. Pero la santidad no se reduce a mera praxis heroica; ante todo es una realidad óntica, posibilitada por la infusión de la gracia en el alma, convertida así en morada del Dios Uno y Trino. Al principio de su conocida obra Teología de la Perfección Cristiana, Antonio Royo Marín hace un breve elenco de las notas fundamentales que caracterizan la santidad cristiana. Estas notas se implican mutuamente y señalan la ruta, fascinante y ardua al mismo tiempo, que Dios nos llama a recorrer bien asidos de su mano.

«¿En qué consiste propiamente la santidad?, se pregunta Royo Marín, ¿Qué significa ser santo? ¿Cuál es su constitutivo íntimo y esencial?

Son varias las fórmulas en uso para contestar a estas preguntas, pero todas coinciden en lo substancial. Las principales son las siguientes:

a) La santidad consiste en vivir de una manera cada vez más plena el misterio inefable de la inhabitación trinitaria en nuestras almas.

b) Consiste en la perfecta configuración con Jesucristo, en nuestra plena cristificación.

c) En la perfección de la caridad, o sea en la perfecta unión con Dios por el amor.

d) En la perfecta conformidad de la voluntad humana con la divina».

 

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