“Suyo
es el mar, pues Él lo hizo” (Salmo
94, 5)
“¿Quién
cerró con puertas el mar, cuando, impetuoso, salía del seno,
dándole yo las
nubes por mantillas y los densos nublados por pañales;
dándole yo la ley y
poniéndole puertas y cerrojos,
diciéndole: Hasta aquí llegarás y no pasarás,
ahí se romperá la soberbia de tus olas”? (Job
38, 8-12)
“Bendecid,
mares y ríos, al Señor,
cantadle y ensalzadle por los siglos” (Daniel 3, 77)
“Todo
lo que veo, Rvda. Madre, me lleva a Dios.
El mar en su inmensidad me hace pensar
en Dios,
en su infinita grandeza. Siento entonces sed de lo infinito”.
(Santa Teresa de los Andes)
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