Otro momento hermoso del rito antiguo, bastante
empobrecido en el misal de Pablo VI, es la oración del Líbera nos y los
gestos que la acompañan. El sacerdote la recita con la patena entre sus
dedos; luego se persigna con ella, la besa y la desliza bajo la Hostia Sagrada.
Cristo agradece ese beso de fe y amor, como agradeció todos los gestos de consuelo
que le proporcionaron durante su pasión quienes le querían.
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