Fac me tecum plangere; Fac
me vere tecum flere; Fac ut tecum lugeam; déjame llorar contigo.
En
la preciosa secuencia de la Misa de hoy (Stabat Mater dolorosa) se reitera una misma súplica a la Virgen dolorosa: que nos
permita llorar con ella. Se comprende entonces que llorar junto a su Madre, participar de sus mismas lágrimas, sea el medio más eficaz de
acompañar y consolar a Jesús en la Cruz.
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