Salve, Regina, Mater misericordiae,
vita, dulcedo et spes nostra, salve.
Ad te clamamus exsules
filii Hevae.
Ad te suspiramus
gementes et flentes
in hac lacrimarum
valle.
Eia, ergo, advocata
nostra,
illos tuos misericordes oculos ad nos converte.
Et Iesum, benedictum
fructum ventris tui,
nobis post hoc exsilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria!
--------------------
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti clamamos los
desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos
gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos
tus ojos misericordiosos;
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu
vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
No hay comentarios:
Publicar un comentario