Hermosa reflexión del Papa Benedicto para los últimos días de Adviento.
«Isabel,
acogiendo a María, reconoce que se está realizando la promesa de Dios a la
humanidad y exclama: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?» (Lc 1,
42-43). La expresión «bendita tú entre las mujeres» en el Antiguo
Testamento se refiere a Yael (Jue 5, 24) y a Judit (Jdt 13, 18),
dos mujeres guerreras que se ocupan de salvar a Israel. Ahora, en cambio, se
dirige a María, joven pacífica que va a engendrar al Salvador del mundo. Así
también el estremecimiento de alegría de Juan (cf. Lc 1, 44) remite a la
danza que el rey David hizo cuando acompañó el ingreso del Arca de la Alianza
en Jerusalén (cf. 1 Cro 15, 29). El Arca, que contenía las tablas de la
Ley, el maná y el cetro de Aarón (cf. Hb 9, 4), era el signo de la
presencia de Dios en medio de su pueblo. El que está por nacer, Juan, exulta de
alegría ante María, Arca de la nueva Alianza, que lleva en su seno a Jesús, el
Hijo de Dios hecho hombre» (Benedicto XVI, Ángelus IV Domingo de
Adviento, 23 de diciembre de 2012).
Fuente: vatican.va
Sólo pedirle al Búho que no termine emprendiendo el vuelo, dejando solos a sus seguidores
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