lunes, 30 de septiembre de 2019

UN ITINERARIO HACIA LA LITURGIA ANTIGUA

Misa tradicional en la Basílica de San Pedro

El blog Messainlatino ha publicado un breve e inteligente testimonio de un sacerdote que narra su itinerario hacia el hallazgo de la antigua liturgia. Lo recojo aquí traducido al español porque, a semejanza de la parábola evangélica del tesoro escondido, el camino para encontrar y desenterrar el tesoro de la Misa tridentina suele exigir la venta de algo de lo que ya poseemos: tiempos libres de recreación, prejuicios acumulados, la paz de no sufrir incomprensiones, etc. Pero la gloria de Dios y el bien de las almas justifican plenamente la inversión. Creo que es el mensaje que este buen sacerdote nos quiere transmitir con su breve relato.


M
uchos, entre sacerdotes y laicos, no conocen en absoluto la antigua liturgia como para emitir un juicio. No los culpo demasiado (especialmente al clero), porque en las facultades de teología los profesores no la exponen para nada, sino que la desvalorizan y la ridiculizan: lo sé porque he asistido a esos cursos litúrgicos y lo han hecho también en las lecciones que escuché. Pero luego, una vez terminados los cursos, estudié por mi cuenta, gracias también al estímulo y al ejemplo de personas que he conocido y de lecturas que he hecho. Así que tomé un viejo misal directamente en mis manos y comencé a leerlo y estudiarlo, pero sin cometer el error de mis profesores: no me detuve a decir cosas de este estilo: «¡Mira qué cosas hacían! ¡cuántas señales inútiles de la cruz!»; por el contrario, fui más allá tratando de comprender la razón de tantas cosas. Enfrentando la fatiga de la comprensión, profundicé aún más mis lecturas y descubrí simbolismos y significados de una riqueza extraordinaria que los innovadores han diezmado con una facilidad desconcertante.

Frente a esto he tenido que recapacitar y cambiar de opinión sobre la antigua liturgia y las aberraciones de la nueva, que son sus consecuencias lógicas e inevitables. La liturgia moderna brinda un amplio espacio para las personalizaciones; las rúbricas son a menudo sumarias y todo esto abre más fácilmente el camino a las aberraciones, mientras que en el rito antiguo todo está perfectamente definido (el llamado «rubricismo», una palabra inventada para denigrar y ridiculizar) y no deja espacio para la invención y la improvisación del celebrante, permitiendo así que la liturgia hable por sí misma y proyecte tanto a los fieles como al sacerdote hacia las realidades eternas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario