miércoles, 23 de diciembre de 2015

LA PUERTA SANTA DE LA ENCARNACIÓN

En el admirable y viejo himno mariano conocido con el nombre de Akáthistos, que significa “no sentado” porque se canta de pie como signo de alegría y alabanza a la Virgen, nos encontramos con este significativo saludo a la Madre de Dios: Salve, ¡oh Puerta única por la cual sólo ha pasado el Verbo!  
En el Año Santo de la Misericordia y ante la inminencia de la Navidad, nos sentimos inclinados a contemplar en la Virgen Madre la puerta santa que atravesó Dios para entrar en este mundo y derramar sobre él los innumerables tesoros de su gracia. A ella, Madre de Misericordia, deseamos saludar con estos hermosos versos del Akáthistos:
Salve, ¡oh Puerta única por la cual sólo ha pasado el Verbo!
Salve, ¡Escalera celestial por la que Dios descendió a la tierra!
Salve, ¡oh Puente que pasas a los mortales de la tierra al cielo!

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