Pensando en ese conjunto de santos que desde antiguo son nombrados en el Canon Romano, León Bloy apuntó en uno de sus diarios:
«Mientras
esperaba la hora de la misa, he estado pensando en San Juan y San Pablo, cuyo
día es hoy. Multæ tribulationes justorum... Amo a esos mártires, extrañamente
privilegiados y tan pocos, a quienes todas las mañanas, en el Sacrificio, se
les nombra en el mundo entero. Son exactamente treinta y nueve. ¿Estos
personajes extraordinarios no deberían ser invocados como los próceres de una
jerarquía superior?».
La mención devota de estos santos por sus propios nombres nos dice que la Iglesia es una familia de vínculos sobrenaturales que va más allá del espacio y el tiempo. Este puñado de hombres y mujeres especialmente venerados por la iglesia de Roma, selecta representación de cuantos siguieron a Cristo en los primeros tiempos hasta el derramamiento de su sangre por Él, nos recuerda que no estamos solos, que contamos con la ayuda de una multitud de intercesores que nos aguarda en la Patria celestial.
Muy bonito. Leí hace poco un libro reciente sobre las mártires del canon romano. Es bastante sencillo y puede interesar a los lectores de este Búho: https://www.google.cl/books/edition/With_Glory_and_Honor_You_Crowned_Them/cvDADwAAQBAJ?hl=es-419&gbpv=1&dq=the+women+saints+roman+canon&printsec=frontcover
ResponderEliminar