Omnipotente y sempiterno Dios, que
constituiste a tu Unigénito Hijo Redentor del mundo, y quisiste ser aplacado
con su Sangre, te suplicamos nos concedas, que de tal modo veneremos con
solemne culto el precio de nuestra salvación, y seamos preservados en la
tierra, por su virtud, de los males de la vida presente, que gocemos de sus
frutos eternos en el cielo. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, tu Hijo, que
contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos. Amén.
Omnípotens sempitérne Deus, qui unigénitum Fílium tuum mundi Redemptórem constituísti, ac ejus Sánguine placári voluísti: concéde, quǽsumus, salútis nostræ prétium sollémni cultu ita venerári, atque a præséntis vitæ malis ejus virtúte deféndi in terris; ut fructu perpétuo lætémur in coelis. Per eúndem Dominum Nostrum Iesum Christum, Filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sæcula sæculórum. Amen.
(Colecta de la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Misal Romano 1962, 1° de julio)
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