Sin
haberme hecho grandes expectativas, esperaba más, litúrgicamente
hablando, de la Misa de clausura de la JMJ. En todo caso doy gracias a Dios de
haber evitado al Papa Benedicto ser él quien bebiera el amargo cáliz de la
indiferencia a lo que fuera su magisterio litúrgico, tan profundo, tan
insistente y tan grave, durante los años de su pontificado e incluso antes. Me
alegra, en cambio, que el Papa Francisco, hombre formado en la recia ascética
de San Ignacio, pueda comprobar personalmente los peligros que acosan a la
liturgia y la necesidad de velar siempre sobre ella. Ahora bien, siempre que contemplo
estas misas multitudinarias, tan difíciles de controlar, donde la cantidad de
participantes es inversamente proporcional a la calidad del rito, suelo
recordar unas consideraciones del pensador francés Jean Guitton sobre los
acelerados cambios que sufrió la Iglesia en el ámbito litúrgico. “Las
transformaciones de la liturgia -escribió hace años- se han llevado a cabo demasiado rápidamente. Permítaseme citar la opinión de un
observador grave, extraño al catolicismo, André Chevrillon (que era sobrino de
Taine). Hablábamos de la reforma litúrgica. Con la gran calma que caracteriza a
los prudentes, me hizo esta observación: ‛Las
mutaciones profundas en el plano biológico o histórico se han producido de un
modo imperceptible y mediante una serie de cambios mínimos. Ud. es joven, pero
algún día se dará cuenta de que este nuevo modo que tienen los católicos de
celebrar su misa tendrá consecuencias importantes. Pronto el catolicismo
difícilmente se distinguirá del protestantismo’.” (J. Guitton, Silencio
sobre lo esencial, Edicep, Valencia 1988. p. 32).
lunes, 29 de julio de 2013
sábado, 27 de julio de 2013
LITURGIA EN COPACABANA Y AMNESIA CARIOCA
Con
una Misa multitudinaria, oficiada por el obispo de Río de Janeiro, Mons. Orani
Tempesta en la playa de Copacabana, se daba inicio el martes pasado a la nueva
Jornada Mundial de la Juventud. Es verdad que la vara dejada por el Cardenal
Rouco en la última JMJ en Madrid, estaba muy alta; también es verdad que no me
hice grandes ilusiones –en lo que a liturgia se refiere- para esta ocasión. Pero
nada sabía de la tremenda amnesia que padecen los cariocas. Precisamente
pensando en este tipo de eventos el Papa Benedicto XVI –recogiendo el parecer
de muchos padres sinodales, entre ellos algunos del Brasil, escribió en la
Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum
Caritatis: «En particular, pienso en
las celebraciones que tienen lugar durante encuentros internacionales, hoy cada
vez más frecuentes. Éstas han de ser valoradas debidamente. Para expresar mejor
la unidad y universalidad de la Iglesia, quisiera recomendar lo que ha sugerido
el Sínodo de los Obispos, en sintonía con las normas del Concilio Vaticano II:
exceptuadas las lecturas, la homilía y la oración de los fieles, sería bueno
que dichas celebraciones fueran en latín; también se podrían rezar en latín las
oraciones más conocidas de la tradición de la Iglesia y, eventualmente,
utilizar cantos gregorianos. Más en general, pido que los futuros sacerdotes,
desde el tiempo del seminario, se preparen para comprender y celebrar la santa
Misa en latín, además de utilizar textos latinos y cantar en gregoriano; se
procurará que los mismos fieles conozcan las oraciones más comunes en latín y
que canten en gregoriano algunas partes de la liturgia» (n° 62). Pues bien,
nada de esto ocurrió en la Misa del martes por la tarde en la playa de
Copacabana. Ni una sola palabra en latín, ausencia absoluta de canto
gregoriano. El coro, sus canciones, sus melodías, sus ritmos, incluso su misma
situación en el escenario litúrgico, eran los propios de un grupo musical
ofreciendo un emotivo recital, que los de un coro de música sacra acompañando
una celebración eucarística de envergadura. Una solista que canto
maravillosamente bien el Panis Angelicus
durante la Comunión, fue la única excepción a la banalidad musical de esta Misa
de bienvenida. Lamentable también las reiteradas aclamaciones del coro
interrumpiendo la recitación del Canon, por supuesto el II, luego de una
liturgia de la palabra agotadora que superó la hora y diez. Óptimo, en cambio,
todo lo que se refirió al servicio del altar: piedad de los Celebrantes,
Diácono con dalmática, dignos y entrenados ceremonieros, acólitos de sotana y
roquete, ornamentos espléndidos, vasos sagrados de calidad y cuidado de lo
pequeño. Y para que no se piense que lo dicho son personales impresiones de un
testigo lejano, copio un par de twitter
que envió un sacerdote piadoso presente en la ceremonia: 1° La concelebración en la Misa en Copacabana
estuvo desordenada, con sacerdotes revestidos y otros no y con laicos entre
medio. 2° Los efectos de luz y la
música pop hacían que pareciera a veces un espectáculo pagano. Resta
esperar que la Misa de clausura, esta vez con presencia del Papa y a cargo de
su maestro Don Guido Marini, logren dejar una más clara sensación de haber
asistido a la Santa Misa, acción que actualiza, representa y conmemora el drama
tremendo del Calvario.
viernes, 26 de julio de 2013
PANEGÍRICO A LOS ABUELOS DEL SEÑOR
“Ya que estaba
determinado que la Virgen Madre de Dios nacería de Ana, la naturaleza no se
atrevió a adelantarse al germen de la gracia, sino que esperó a dar su fruto
hasta que la gracia hubo dado el suyo. Convenía, en efecto, que naciese como
primogénita aquella de la que había de nacer el primogénito de toda la
creación, en el cual todo se mantiene.
¡Oh
bienaventurados esposos Joaquín y Ana! Toda la creación os está obligada, ya
que por vosotros ofreció al Creador el más excelente de todos los dones, a saber,
aquella madre casta, la única digna del Creador.
Alégrate,
Ana, la estéril, que no dabas a luz, rompe a cantar de júbilo, la que no tenías
dolores. Salta de gozo, Joaquín, porque de tu hija un niño nos ha nacido, un
hijo se nos ha dado, y será llamado: "Ángel del gran designio" de la
salvación universal, "Dios guerrero". Este niño es Dios.
¡Oh
bienaventurados esposos Joaquín y Ana, totalmente inmaculados! Sois conocidos
por el fruto de vuestro vientre, tal como dice el Señor: Por sus frutos los
conoceréis. Vosotros os esforzasteis en vivir siempre de una manera agradable a
Dios y digna de aquella que tuvo en vosotros su origen. Con vuestra conducta
casta y santa, ofrecisteis al mundo la joya de la virginidad, aquella que había
de permanecer virgen antes del parto, en el parto y después del parto; aquella
que, de un modo único y excepcional, cultivaría siempre la virginidad en su
mente, en su alma y en su cuerpo.
¡Oh
castísimos esposos Joaquín y Ana! Vosotros, guardando la castidad prescrita por
la ley natural, conseguisteis, por la gracia de Dios, un fruto superior a la
ley natural, ya que engendrasteis para el mundo a la que fue madre de Dios sin
conocer varón. Vosotros, comportándoos en vuestras relaciones humanas de un
modo piadoso y santo, engendrasteis una hija superior a los ángeles, que es
ahora la reina de los ángeles. ¡Oh bellísima niña, sumamente amable! ¡Oh hija
de Adán y madre de Dios! ¡Bienaventuradas las entrañas y el vientre de los que
saliste! ¡Bienaventurados los brazos que te llevaron, los labios que tuvieron
el privilegio de besarte castamente, es decir, únicamente los de tus padres,
para que siempre y en todo guardaras intacta tu virginidad”! (De los sermones de San
Juan Damasceno, Sermón VI Sobre la Natividad de la Virgen María)
jueves, 25 de julio de 2013
TOTUS TUUS! PAPA FRANCISCO SE CONSAGRA A LA VIRGEN
Con
esta breve y emotiva oración, el Papa Francisco puso ayer su vida a los pies de
Nuestra Señora de Aparecida:
Oh
María Santísima, de los méritos de nuestro Señor Jesucristo en tu querida
imagen de Aparecida, alcanza numerosos beneficios sobre todo a Brasil. Yo,
aunque indigno de pertenecer al número de tus hijos e hijas, pero lleno de
deseo de participar de los beneficios de tu misericordia, postrado a tus pies
consagro mi entendimiento para que siempre piense en el amor que mereces. Te
consagro mi lengua para que siempre te alabe y propague tu devoción. Te
consagro mi corazón para que, después de Dios, te ame sobre todas las cosas. Recíbeme,
Oh Reina incomparable. Tú, que en Cristo crucificado eres nuestra Madre, cuéntame
en el dichoso número de tus hijos e hijas y recíbeme bajo tu protección. Socórreme
en todas mis necesidades espirituales y temporales, sobre todo en la hora de mi
muerte. Bendíceme oh celestial cooperadora; y con tu poderosa intercesión, fortaléceme
en mi flaqueza a fin de que te sirva fielmente en esta vida y después pueda
alabarte, amarte y darte gracias en el cielo por toda la eternidad.
miércoles, 24 de julio de 2013
¡SON MONJAS! DISPARAD SOBRE ELLAS
El
29 de marzo de 1987 el papa Juan Pablo II beatificaba a tres religiosas
carmelitas del convento de San José de Guadalajara, España, muertas mártires de
Jesucristo en los inicios de la contienda civil. Un Papa venido del este, testigo
de primera mano de la barbarie comunista, corría finalmente el velo de un ominoso
silencio, que ocultaba el heroísmo grandioso de todo un batallón de mártires
caídos por odio a la fe durante la persecución religiosa en España, entre 1936
y 1939. Y hoy la iglesia conmemora a estas tres mujeres fuertes que no
vacilaron en dar su vida por el Esposo amado a quien ya servían. Sus nombres
son: Beata María del Pilar
(1877-1936); Beata Teresa del Niño Jesús
de San Juan de la Cruz (1909-1936); Beata
María Ángeles de San José (1905-1936). De la página www.martiresdeguadalajara, tomo esta breve y conmovedora acta martirial:
“El
anhelo del martirio crecía más y más en cada corazón de este bendito palomar.
Las 18 carmelitas que lo componían se enardecían unas a otras en las
recreaciones con un ansia creciente del martirio, el cual esperaban alcanzar de
la misericordia del Señor.
La
Beata Mª Pilar decía: “Si nos llevan al martirio iremos cantando “Corazón
Santo, tú reinarás”. Yo desearía morir al grito de ¡Viva Cristo Rey!,
contestaba la Beata Teresa; y comentaba: “Los mártires en el cielo tendrán
particular amor a sus verdugos, por la gran felicidad que les proporcionaron”.
La
Beata Mª Ángeles le decía a una hermana que tenía a su lado: “¡El martirio!
¡Qué dicha tan grande! Pero no soy digna de esa gracia. Hay que alcanzarla con
la fidelidad en las cosas pequeñas”.
El
22 de julio de 1936, Guadalajara fue tomada por lo rojos. Había que abandonar
el convento. Las monjas vestidas de seglares se disponían a salir, ya que
venían a quemar el monasterio. Salen de dos en dos y se reparten en casas
conocidas, oran sin cesar.
El
día 24, siendo muchas en el mismo lugar y comprometiendo a la dueña de la casa,
Hna. Teresa se ofrece a llevar dos Hermanas a casa de una amiga suya, confiando
en que las recibirían; así fue como Hna. Mª Pilar y Hna. Ángeles la
acompañaron.
Salen
sobre las 4 de la tarde, a la casa número 5 de la calle Francisco Cuesta; pasan
junto a un camión en donde unos milicianos estaban merendando. Una miliciana al
verlas exclamó: “¡Disparadles, son monjas!”. Se bajan del camión y van en su
busca. Ya habían entrado en el portal, pero las obligan a salir a la calle.
La
primera en salir es Hna. Mª Ángeles, le disparan varias veces, cae mortalmente
herida. En silencio entrega su vida a Dios. ¡El amor a Jesús ha sido más fuerte
que la muerte! Se había pasado toda la noche suspirando por la gracia del
martirio; le decía a su Madre Priora: “¡Madre, qué dicha si fuéramos mártires!
Murió por ser esposa de Jesús, la mataron por ser monja.
Hna.
Mª Pilar recibe varios tiros, da unos pasos y cae desplomada. Al ver que no
está muerta, disparan nuevamente sobre ella, dándole también con un cuchillo.
Ella exclama: “¡Viva Cristo Rey! ¡Dios mío perdónalos! Un guardia de asalto
consigue llevarla a un Farmacia próxima y de aquí es trasladada al puesto de la
Cruz Roja a donde fue atendida con mucha caridad y al oír hablar a Dña. María
Carrasco, decía: “No me deje señora, que no me toquen. ¿Pero qué les he hecho
yo?, ¡perdónales, Señor! Su amor a la pureza y su perdón, como el Maestro. En
una ambulancia se la llevó al Hospital Provincial y fue reconocida nuevamente.
Tenía: una perdigonada en el vientre, rota la columna vertebral, una pierna
rota y un riñón al descubierto. El Director avisa a la Hermana de la Caridad
Sor Dolores Casanova “es una monja”. Le da a besar el Crucifijo y muere en sus
brazos repitiendo: Perdónales, perdónales…
Hna.
Teresa ha presenciado la muerte de sus Hermanas, pero ella queda indemne. Trata
de entrar en el Hotel Palace, pero unos milicianos se lo impiden: En esto llega
otro que intenta tomarla por el brazo, pero lo rechaza con energía. La obliga a
ir por la calle San Juan de Dios y le dice: “No te asustes, esos son unos
brutos; te llevaré adonde no te pase nada”. Ella repite sin cesar: “Jesús,
Jesús…” Llegan al puente de San Antonio, tuercen hacia el camino del Cementerio.
Camina lentamente, va recelosa; arrecian las insinuaciones malignas del grupo
de milicianos que se les habían juntado, le quieren obligar que grite: “Viva el
comunismo”. Pero esta nueva heroína de la fe, firme en su propósito de entrega
a Dios, abre sus brazos en cruz y echa a correr gritando: “¡Viva Cristo Rey!,
¡Viva Cristo Rey!” Una descarga por la espalda troncha la tercera azucena
blanca.
Le
habían dado a Cristo como eran sus deseos TODA SU SANGRE”.
Bienaventuradas
mártires carmelitas de Guadalajara, orate
pro nobis!
Otro relato conmovedor de este martirio en: http://www.preguntasantoral.es/2012/07/beatas-martires-carmelitas-de-guadalajara/
martes, 23 de julio de 2013
SANTA BRÍGIDA (+1373), LA ADORADORA DE LOS PADECIMIENTOS DE CRISTO
Gloria
a ti, mi Señor Jesucristo, por las burlas que soportaste cuando fuiste
revestido de púrpura y coronado con punzantes espinas, y aguantaste con una
paciencia inagotable que fuera escupida tu faz gloriosa, que te taparan los
ojos y que unas manos brutales golpearan sin piedad tu mejilla y tu cuello.
Alabanza a ti, mi Señor Jesucristo, que te
dejaste ligar a la columna para ser cruelmente flagelado, que permitiste que te
llevaran ante el tribunal de Pilato cubierto de sangre, apareciendo a la vista
de todos como el Cordero inocente.
Honor a ti, mi Señor Jesucristo, que, con
todo tu glorioso cuerpo ensangrentado, fuiste condenado a muerte de cruz,
cargaste sobre tus sagrados hombros el madero, fuiste llevado inhumanamente al
lugar del suplicio, despojado de tus vestiduras, y así quisiste ser clavado en
la cruz.
Honor para siempre a ti, mi Señor Jesucristo,
que, en medio de tales angustias, te dignaste mirar con amor a tu dignísima
madre, que nunca pecó ni consintió jamás la más leve falta; y, para consolarla,
la confiaste a tu discípulo para que cuidara de ella con toda fidelidad.
Bendito seas por siempre, mi Señor
Jesucristo, que, cuando estabas agonizando, diste a todos los pecadores la
esperanza del perdón, al prometer misericordiosamente la gloria del paraíso al
ladrón arrepentido.
Alabanza eterna a ti, mi Señor Jesucristo,
por todos y cada uno de los momentos que, en la cruz, sufriste las mayores
amarguras y angustias por nosotros, pecadores; porque los dolores agudísimos
procedentes de tus heridas penetraban intensamente en tu alma bienaventurada y atravesaban
cruelmente tu corazón sagrado, hasta que dejó de latir y exhalaste el espíritu
e, inclinando la cabeza, lo encomendaste humildemente a Dios tu Padre, quedando
tu cuerpo invadido por la rigidez de la muerte. (Oración 2: Revelationum S. Birgittae libri, 2, Roma 1628, pp. 408-410)
lunes, 22 de julio de 2013
MARÍA MAGDALENA, UNA LOCA DE AMOR
La
liturgia de la Iglesia no duda en aplicar a María Magdalena estas palabras del
Cantar de los Cantares: “Me levantaré y
daré vueltas por la ciudad, y buscaré por las calles al amado de mi alma. Le
busqué, mas no le hallé. Encontráronme los guardas que rondan la ciudad, y les
dije: ¿No habéis visto al amado de mi alma? Dejélos, y a pocos pasos encontré
al que ama mi alma. Le así para no soltarlo…” (Cant. 3, 2-6). Buscó con amor, lloró con amargura, perseveró con
firmeza; y mereció el privilegio de ser la primera en ver la gloria de
Jesucristo resucitado. El mismo Tomás de Aquino, en su comentario al Evangelio
de San Juan, ha querido señalar tres aspectos de la admirable y amorosa
devoción de la Magdalena por su Señor. En primer lugar se trata de una devoción
llena de constancia, pues mientras los discípulos se retiraron pronto del
sepulcro María Magdalena, llevada de un afecto más fuerte y vehemente, permanece
allí, cercana al sepulcro. En segundo lugar la profundidad de su devoción viene
manifestada por la abundancia de sus lágrimas; finalmente su devoción se hace
más y más patente por la diligencia con que buscó al Señor hasta encontrarlo
(Cfr. In Io. Evan., C. XX, lect. 2). Todo
un grandioso ejemplo de búsqueda de Cristo por parte de un alma en extremo enamorada.
sábado, 20 de julio de 2013
VERDADERAMENTE BENDITA TÚ
Entre
las lecturas patrísticas que nos propone la Liturgia de las Horas para el
oficio de Santa María en sábado, se encuentra un sermón de San Sofronio
(560-638), nacido en Damasco y más tarde Patriarca de Jerusalén, sobre la Anunciación
de la Madre de Dios. Sintiéndose igualmente invitado a la alegría por el saludo
del ángel, Sofronio contempla con fe el misterio acontecido y se dispone a
cantar con gozo y afecto filial las glorias de Nuestra Señora. Sirva este
extracto para unirnos a su canto.
“… El Señor está contigo. ¿Y quién es el que
puede competir contigo? Dios proviene de ti; ¿quién no te cederá el paso, quién
habrá que no te conceda con gozo la primacía y la precedencia? Por todo ello,
contemplando tus excelsas prerrogativas, que destacan sobre las de todas las
criaturas, te aclamo con el máximo entusiasmo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Pues tú eres la
fuente del gozo no sólo para los hombres, sino también para los ángeles del
cielo.
Verdaderamente,
bendita tú entre las mujeres, pues
has cambiado la maldición de Eva en bendición; pues has hecho que Adán, que
yacía postrado por una maldición, fuera bendecido por medio de ti.
Verdaderamente,
bendita tú entre las mujeres, pues
por medio de ti la bendición del Padre ha brillado para los hombres y los ha
liberado de la antigua maldición.
Verdaderamente,
bendita tú entre las mujeres, pues
por medio de ti encuentran la salvación tus progenitores; pues tú has
engendrado al Salvador que les concederá la salvación eterna.
Verdaderamente,
bendita tú entre las mujeres, pues
sin concurso de varón has dado a luz aquel fruto que es bendición para todo el
mundo, al que ha redimido de la maldición que no producía sino espinas.
Verdaderamente,
bendita tú entre las mujeres, pues a
pesar de ser una mujer, criatura de Dios como todas las demás, has llegado a
ser, de verdad, Madre de Dios. Pues lo que nacerá de ti es, con toda verdad, el
Dios hecho hombre, y, por lo tanto, con toda justicia y con toda razón, te
llamas Madre de Dios, pues de verdad das a luz a Dios.” (De los sermones de San
Sofronio, obispo (Sermón 2, en la Anunciación de la Santísima Virgen, 21-22.
26: PG 87, 3, 3242. 3250)
jueves, 18 de julio de 2013
AFORISMOS LITÚRGICOS
Recojo
a continuación unos cuantos aforismos litúrgicos entresacados de las obras del pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila. No son simples disparos nostálgicos de un espíritu conservador; son juicios agudos de un observador atento, de un creyente serio, que no se obnubila frente a una realidad por
ser simplemente novedosa o entretenida. Reflejan también aspectos de la profunda crisis que asoló a la Iglesia en los años posteriores al Concilio, y la tristeza por la pérdida injustificada de tantos signos litúrgicos de incalculable valor para el culto.
La
liturgia definitivamente sólo puede hablar en latín. En vulgar es vulgar.
El
incienso litúrgico es el oxígeno del alma.
El
sacrificio de la misa es hoy el suplicio de la liturgia.
El
odio al pasado es síntoma inequívoco de una sociedad que se aplebeya.
Sobre el campanario de la iglesia moderna, el clero progresista, en vez de cruz,
coloca una veleta.
Los
católicos no sospechan que el mundo se siente estafado con cada concesión que
el catolicismo le hace.
La actual liturgia protocoliza el divorcio secular entre el clero y las artes.
Innovar en materia litúrgica no es sacrilegio, sino estupidez. El hombre sólo venera rutinas inmemoriales.
martes, 16 de julio de 2013
EL ESCAPULARIO DEL CARMEN, UN CHALECO ANTIBALAS
Los
grandes personajes de este mundo, siempre expuestos al vandalismo de sus
opositores, suelen poner a resguardo sus vidas utilizando chalecos antibalas, automóviles
blindados o escoltas selectas. Pero no hay sobre la tierra personaje más
importante que el cristiano en gracia de Dios. Para protegernos de los
atentados de Satanás, Nuestra Señora del Carmen nos ofrece un eficaz chaleco
antibalas: el santo escapulario del Carmen; quien lo lleva, camina por el mundo al amparo de una Madre y Reina poderosa, y goza de la promesa de que si cae en
las llamas purificadoras del purgatorio, al sábado siguiente pasarán a
recogerlo para ser conducido a su verdadera Patria. Sigamos este consejo de quien nunca se privó de llevar este distintivo mariano: “Lleva sobre tu pecho el santo escapulario
del Carmen. —Pocas devociones —hay muchas y muy buenas devociones marianas—
tienen tanto arraigo entre los fieles, y tantas bendiciones de los Pontífices.
—Además ¡es tan maternal ese privilegio sabatino”! (San Josemaría, Camino, 500).
lunes, 15 de julio de 2013
SAN BUENAVENTURA, UN SANTO DE FINO PALADAR
El
amor a Dios aflora con fuerza impetuosa cuando el alma se une a
Jesucristo en la Comunión sacramental. Convertida entonces en sepulcro íntimo de Cristo, ¡qué coloquios, qué afectos y qué dulzuras experimenta el alma en sus más secretas profundidades. Bien lo supo el doctor seráfico, que en su conocida oración para dar gracias después de la Eucaristía, nos dejó una guía espléndida de cómo gustar con fino y delicado
paladar la suavidad de un manjar divino:
Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío, la médula de mi alma con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor; con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica, a fin de que mi alma desfallezca y se derrita siempre sólo en amarte y en deseo de poseerte: que por Ti suspire, y desfallezca por hallarse en los atrios de tu Casa; anhele ser desligada del cuerpo para unirse contigo. Haz que mi alma tenga hambre de Ti, Pan de los Ángeles, alimento de las almas santas, Pan nuestro de cada día, lleno de fuerza, de toda dulzura y sabor, y de todo suave deleite. Oh Jesús, en quién se desean mirar los Ángeles: tenga siempre mi corazón hambre de Ti, y el interior de mi alma rebose con la dulzura de tu sabor; tenga siempre sed de Ti, fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la Casa de Dios: que te desee, te busque, te halle; que a Ti vaya y a Ti llegue; en Ti piense, de Ti hable, y todas mis acciones encamine a honra y gloria de tu nombre, con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto, con perseverancia hasta el fin: para que Tú sólo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, mi riqueza, mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz, mi suavidad, mi perfume, mi dulzura, mi comida, mi alimento, mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría, mi herencia, mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija y firme e inconmoviblemente arraigada mi alma y mi corazón. Amén.
sábado, 13 de julio de 2013
TERESA DE LOS ANDES, UNA DIVINA COQUETA
A
finales del siglo XIX y principios del XX la Orden del Carmelo regaló a la
Iglesia tres prodigios de santidad: Isabel de la Trinidad (1880-1906), Teresa
de Lisieux (1873-1897) y Teresa de los Andes (1900-1920). Tres muchachas
jóvenes, casi contemporáneas y que desde temprana edad coquetearon con Dios y en breve robaron su corazón. Pero antes, el
mismo Jesucristo ya las había conquistado para sí, como lo declara Teresa de
los Andes: “Jesucristo, ese loco de amor que me ha vuelto loca”. Pareciera que
Dios se complació de modo especial con estas tres vírgenes del Carmelo, porque
en poco tiempo las alzó a las más altas cumbres de la contemplación infusa,
haciendo de ellas dignas hijas de la gran Teresa de Ávila. Tres mujeres santas,
hermosas, virtuosas y tremendamente femeninas. ¡Cuántos pretendientes en este
mundo se hubieran peleado por conquistar uno de estos corazones! Pero Jesucristo
se adelantó y las cautivó: “En este instante estoy presa por Él -escribe Teresa
a su hermana-. Me tiene encarcelada en el horno del amor. Vivo en Él, mi hermana
querida. ¡Qué paz, qué dulzura, qué silencio, qué mar de bellezas encierra ese
Divino Corazón!” Estas palabras expresan la delicadeza de una mujer enamorada,
de una auténtica y divina coqueta.
jueves, 11 de julio de 2013
MONS. LEFEBVRE Y PABLO VI
A
estas alturas del partido es razonable pensar, que tanto el Venerable Pablo VI
como Monseñor Marcel Lefebvre gozan ya de la visión de Dios en la patria bienaventurada.
Qué mansiones ocupan uno y otro, quién llegó antes o después, qué
purificaciones fueron necesarias para alcanzar la meta, solo Dios lo sabe. Mientras
vivían en este mundo, a nadie se le oculta que la testarudez de ambos
terminó en cortocircuito El obispo
francés conocía bien cuál era la tecla que debía tocar para enfurecer al Papa:
tocar su Concilio; y en tocar esta
tecla fue extremadamente testarudo. A su vez Pablo VI no se quedó atrás en la
testarudez de negar a Mons. Lefebvre toda posibilidad de llevar a cabo su
proyecto acariciado: una Fraternidad con su propio seminario donde continuar la
experiencia de la Tradición. Y sin embargo estoy convencido de que ambos estaban
secretamente unidos por un apasionado amor a Cristo y a su Iglesia. Pues bien,
en la hipótesis absolutamente realista de que hoy por hoy, Juan Pablo II, Pablo
VI y Marcel Lefebvre son santos comensales de una misma mesa celestial, ¿tienen
derecho sus hijos y los organismos pertinentes de la Santa Sede a seguir con
esta interminable riña, en ocasiones
casi infantil? Desde que este problema pasó a depender de la Sagrada
Congregación para la Doctrina de la Fe no ha hecho más que complicarse y
dilatarse; y no me extraña, porque nunca ha sido un problema de fe sino de
caridad. Y los problemas de caridad no se solucionan con firmas ni preámbulos
sino con un abrazo fraterno, semejante al que se dieron Pablo y Esteban cuando
se encontraron por segunda vez en el paraíso. Dios quiera que la sencillez y
espontaneidad del Papa Francisco, padre común de todos los católicos, atine a
solucionar cuanto antes este problema, que tiene mucho de artificial y poco de
real. Caritas Christi urget nos!
lunes, 8 de julio de 2013
A MODO DE FINOS BOMBONES
Ayer, 7 de julio,
celebramos el sexto aniversario del Motu Proprio Summorum Pontificum, uno de los dones más grandes que el
pontificado de Benedicto XVI habrá dejado a la Iglesia. Los frutos de piedad,
unidad, sacralidad y amor al sacerdocio ya se dejan sentir en todo el orbe
católico; y es solo el inicio de un nuevo movimiento litúrgico al que todos
debemos sentirnos convocados. A modo de finos bombones ofrezco unas cuantas
citas para saborearlas por este feliz aniversario.
“El Pueblo de Dios
necesita ver, en los sacerdotes y en los diáconos, un comportamiento lleno de
reverencia y de dignidad, que sea capaz de ayudarle a penetrar las cosas
invisibles, incluso sin tantas palabras y explicaciones. En el Misal Romano,
denominado de San Pío V, como en diversas Liturgias orientales, se encuentran
oraciones muy hermosas, con las cuales el sacerdote expresa el más profundo
sentimiento de humildad y de reverencia delante de los santos misterios: ellas,
revelan la sustancia misma de cualquier Liturgia. (Beato Juan Pablo II,
septiembre-2001)
“No obstante, el Misal
Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe
considerarse como expresión extraordinaria de la misma Lex orandi y gozar del
respeto debido por su uso venerable y antiguo… Por eso es lícito celebrar el
Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por
el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma
extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia”. (Benedicto XVI, julio-2007)
“No hay ninguna
contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum. En la historia de
la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las
generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y
grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso
perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la
fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto. Obviamente para
vivir la plena comunión tampoco los sacerdotes de las Comunidades que siguen el
uso antiguo pueden, en principio, excluir la celebración según los libros
nuevos. En efecto, no sería coherente con el reconocimiento del valor y de la
santidad del nuevo rito la exclusión total del mismo”. (Benedicto XVI, julio-2007)
“El simbolismo Litúrgico
nos ayuda a elevarnos por encima de lo que es humano a lo que es divino. En
este sentido, es mi firme convicción de que el Vetus Ordo representa en gran
medida y de la manera más satisfactoria, que llaman mística y trascendente,
para el encuentro con Dios en la liturgia. Por lo tanto ha llegado el momento
para nosotros de, no sólo renovar la nueva liturgia a través de cambios
radicales, sino también de alentar más y más la vuelta del Vetus Ordo, como un
camino para una verdadera renovación de la Iglesia…” (Cardenal Malcolm
Ranjith, diciembre-2011)
“Hoy en el retomar
algunas veces el rito extraordinario, también yo he redescubierto la riqueza de
la antigua liturgia que el Papa quiere mantener viva, conservando aquella forma
centenaria de la tradición romana” (Cardenal Darío Castrillón, marzo- 2008)
“…el uso del misal
antiguo no está solo relacionado con un discutible amor por los formalismos y
el aspecto exterior de la celebración sino que restablece la comunión de cada
sacerdote con todos los cristianos en espacio y tiempo, poniéndolo en comunicación
con el pasado, con los santos y con los mártires” (Don Nicola Bux, abril-2009)
“No se trata de poner en
competencia el antiguo rito con la nueva Misa… Se trata de entender cómo la
restitución de la libertad al antiguo rito, levanta una nueva barrera para el
secularismo avanzante”. (Roberto de Mattei,
Septiembre-2008)
sábado, 6 de julio de 2013
MARÍA GORETTI. LA VIRTUD COMO CONTINUADO MARTIRIO
Con
justa razón a María Goretti (1890-1902) se la ha llamado la Santa Inés del
siglo XX. Ambas murieron a los doce años de edad por amor a Dios y en defensa
del precioso tesoro de la castidad. Pero si el martirio siempre conmueve,
cuando Dios regala esta palma a un adolescente son las fibras más íntimas del
corazón las que entran en resonancia. El último combate de Marietta -así la
llamaban cariñosamente sus familiares- nada tiene que envidiar a los relatos
contenidos en las actas de los mártires
de los primeros siglos. Tras resistirse a los violentos asaltos de un mocetón
licencioso de 19 años, recibe catorce puñaladas de su agresor ya enajenado ante
la fortaleza incomparable de la muchacha. Horas después María Goretti muere en
el hospital, en medio de fuertes dolores y auxiliada con los últimos
sacramentos. Tampoco faltó en su agonía el sello genuino de todo verdadero mártir
de Cristo: el perdón. Sí, responde a quienes le preguntan por el perdón
hacia su asesino, le perdono por amor a
Jesús, y quiero que venga también conmigo al cielo.
El
24 de junio de 1950 el Papa Pio XII, en una de las ceremonias más concurridas
que se conocen, canonizaba a la nueva virgen
y mártir. En su homilía el Santo Padre recordaba que “no todos estamos llamados a
sufrir el martirio, pero sí estamos todos llamados a la consecución de la
virtud cristiana. Pero esta virtud requiere una fortaleza que, aunque no llegue
a igualar el grado cumbre de esta angelical doncella, exige, no obstante, un largo,
diligentísimo e ininterrumpido esfuerzo, que no terminará sino con nuestra
vida. Por esto, semejante esfuerzo puede equipararse a un lento y continuado
martirio, al que nos amonestan aquellas palabras de Jesucristo: El reino de los
cielos se abre paso a viva fuerza, y los que pugnan por entrar lo arrebatan”. (De la
homilía pronunciada por el papa Pío XII en la canonización de santa María
Goretti (AAS 42 (1950), 581-582)
viernes, 5 de julio de 2013
DON NICOLA BUX. DERRUMBE LITÚRGICO Y CRISIS ECLESIAL
El conocido teólogo y
liturgista italiano Don Nicola Bux fue uno de los grandes expositores del
reciente Congreso Sacra Liturgia 2013, realizado en Roma. El día 27 de Junio
impartió una conferencia sobre La catequesis
litúrgica y la nueva evangelización, señalando el rol principalísimo que la
liturgia ha de jugar en la nueva evangelización. Don Bux es un gran conocedor
del pensamiento litúrgico de Benedicto XVI y uno de los grandes promotores de
la llamada reforma de la reforma
iniciada en el anterior pontificado. He aquí el resumen, presentado por Sacra
Liturgia 2013, de su intervención:
Conviene
preguntarse: ¿el hombre moderno es capaz de entender la liturgia católica? ¿De
comprender que en ella el “Cielo desciende sobre la tierra”, el misterio se
hace encontrar y tocar? El hombre moderno vive en el inmanentismo, en el
materialismo, pero al mismo tiempo advierte la insatisfacción, el deseo de
salir de esta trampa, de encontrar una solución a esta situación y entonces es
necesario hacerle vislumbrar una posibilidad de respuesta a la pregunta que
lleva dentro de sí. La liturgia es la respuesta al deseo de hallar el sentido
de la vida, de acercarse en cierto modo al misterio, casi percibirlo y ser, en
cierta manera, envuelto, inmerso en el misterio: esto es lo que toca al ser
humano, lo que evoca en el ánimo humano la nostalgia de absoluto, de lo divino.
Jesús ha revelado a Nicodemo su naturaleza divina y humana: «Nadie ha subido al
cielo, sino aquél que ha bajado del cielo, el Hijo del hombre que está en el
cielo» (Jn 3,13). Al mismo tiempo, ha revelado el fin de su venida al mundo:
dar la vida eterna y la salvación (cfr. Jn 3,15-17), hacer sí que el ser humano
y el cosmos alcancen a Dios; por esto, entonces, debía abrir un paso, ofrecer
una escala para subir, para llevar a cabo la ascensión hacia Dios.
La
crisis eclesial puesta de manifiesto en el post-concilio depende del derrumbe
de la liturgia. Sucede que muchos cristianos que participan en la liturgia se
ven constreñidos no por la ley de la Iglesia universal, sino por las ‘liturgias
creativas’ de una determinada diócesis, parroquia o grupo que van contra las
normas de la Constitución Litúrgica. Ahora, como viene a recordar con franqueza
Benedicto XVI: “Redescubrir y apreciar la obediencia a las normas litúrgicas por
parte de los Obispos, como ‘moderadores
de la vida litúrgica de la Iglesia’,
significa dar testimonio de la Iglesia misma, una y universal, que preside en
la caridad”.
miércoles, 3 de julio de 2013
TOMÁS Y EL TRIUNFO DE LA FE
San
Agustín, al comentar la aparición de Jesús a los Apóstoles con Tomás presente, señala
así la victoria definitiva de la fe sobre la duda en el corazón del discípulo: “Videbat tangebatque hominem, et confitebatur
Deum quem non videbat neque tangebat; sed per hoc quod videbat atque tangebat, illud
iam remota dubitatione credebat”. Veía y tocaba a un hombre y confesaba a
Dios, al que no veía ni tocaba; pero, mediante esto que veía y tocaba, creía
aquello, apartada ya la duda. (Sobre el Evangelio de San Juan CXXI, 5)
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