sábado, 9 de agosto de 2025

LEÓN XIV, DE LA MANO DE MARÍA

Al inicio de su reciente libro El Papa León XIV. La historia del nuevo Papa y los retos que deberá afrontar (Ed. Océano 2025), Saverio Gaeta recoge las sentidas palabras que el nuevo pontífice estampó en el libro de firmas del Santuario de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, uno de los «lugares de su corazón», y que escogió como destino de su primera visita fuera del Vaticano tras su elección como Vicario de Cristo.

Al igual que en 2001, cuando fue elegido Prior general de la Orden de los Agustinos, volvió a poner en manos de Nuestra Señora del Buen Consejo su vida y su nuevo ministerio, esta vez como Sucesor de Pedro. A continuación reproduzco las palabras del Papa recogidas por Gaeta en su interesante ensayo.

* * *


Todavía en los primeros días de pontificado,
he sentido el deber
y un profundo deseo
de acercarme a Genazzano, al santuario
de la Señora del Buen Consejo,
que durante toda mi vida
me ha acompañado
con su presencia materna,
con su sabiduría,
y el ejemplo de su amor por el Hijo
que es siempre el centro de mi fe.
Camino, verdad y vida.
Gracias Madre, por tu ayuda,
acompáñame en esta nueva misión.

León XIV PP - 10 mayo 2025

(Firma en el libro de visitas
del santuario de Genazzano, primera
salida del papa Prevost del Vaticano)




 



jueves, 7 de agosto de 2025

SIXTO II, HOMBRE BUENO Y PACÍFICO

Manuscrito con la representación del martirio 
de San Sixto y sus diáconos 

Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no fue hallado engaño, porque son inmaculados delante del trono de Dios (Ap 14, 4-5).

A este séquito que sigue a Cristo hasta el fin, adornado con la palma triunfante del martirio, pertenecen el papa San Sixto II y un grupo de diáconos martirizados en Roma durante el siglo III. Sixto fue elegido papa en el año 257 tras la muerte de Esteban I. San Cipriano, quien lo llama un «sacerdote bueno y pacífico», relata en una carta a un hermano obispo africano la persecución del año 258 tras el segundo Edicto de Valeriano. Éste dispuso la decapitación de obispos, sacerdotes y diáconos, y la confiscación de los bienes de la Iglesia, incluidos los cementerios. Por el Papa Dámaso sabemos que Sixto fue sorprendido en el cementerio, probablemente el de San Calixto donde está enterrado, mientras enseñaba la palabra divina y fue decapitado junto con seis de los siete diáconos de Roma (Genaro, Magno, Vicente, Esteban, Agapito y Felicísimo). El séptimo, el protodiácono Lorenzo, fue asesinado tres días después en la Vía Tiburtina.

San Cipriano, a la espera de que la persecución pronto se desatara en las iglesias del norte de África, alentaba a los fieles para el combate: «Os pido que comuniquéis estas noticias a los demás colegas nuestros, para que en todas partes las comunidades cristianas puedan ser fortalecidas por su exhortación y preparadas para la lucha espiritual, a fin de que todos y cada uno de los nuestros piensen más en la inmortalidad que en la muerte y se ofrezcan al Señor con fe plena y fortaleza de ánimo, con más alegría que temor por el martirio que se avecina, sabiendo que los soldados de Dios y de Cristo no son destruidos, sino coronados».

 


miércoles, 6 de agosto de 2025

CÓMO NEGOCIAR CON DIOS

Estampa del Santo Cura de Ars 
celebrando la Santa Misa

Decía el Santo Cura de Ars sobre el valor de la Misa: «Si se conociese el precio del Santo Sacrificio de la Misa, o mejor dicho, si se tuviera fe, ¿no habría más celo por él? Cuando queramos, pues, obtener alguna cosa del buen Dios, ofrezcámosle su Hijo muy amado con todos los méritos de su Muerte y Pasión, y Él no podrá negarnos nada».

Y para ejemplificar esta doctrina contaba el siguiente suceso: «Un santo sacerdote oraba por un amigo suyo muerto; Dios le había hecho conocer que estaba en el purgatorio. Pensó entonces que no podía hacer por él cosa mejor que ofrecer el Santo Sacrifico de la Misa por su alma. Cuando llegó el momento de la Consagración, tomó la Hostia consagrada entre sus dedos y dijo: Padre Santo y Eterno, hagamos un cambio: Vos tenéis en vuestras manos el alma de mi amigo, que está en el purgatorio, y yo tengo en las mías el cuerpo de Vuestro Hijo. Pues bien, librad a mi amigo y yo os hago la ofrenda de vuestro Hijo con todos los méritos de su Muerte y de su Pasión. Y al punto, en el momento de la elevación, vio el alma de su amigo, que radiante de gloria, subía al cielo».


 

martes, 29 de julio de 2025

MARTA, MUJER AFORTUNADA

Cristo en casa de Marta. Georg F. Stettner (+ 1639)

Hermoso himno a Santa Marta tomado de la Liturgia de las Horas del día de su fiesta (29. VII). En sus versos se exalta la solicitud de Marta en el servicio al Huésped divino y se le pide, como buena anfitriona, que haga de nuestros corazones otra Betania, un lugar de reposo y recreo para nuestro Dios, y merecer, al igual que ella y sus hermanos, ser hospedados algún día en las mansiones eternas.

* * *


Llenos de júbilo, te celebramos,
Marta, mujer afortunada, que mereciste,
más de una vez, hospedar a Cristo en tu casa.

Movida dulcemente por el amor,

te desvivías, gustosa, estando pendiente de todo,
para atender al Huésped Divino.

Mientras disponías, complacida, la mesa para el Señor,
María y Lázaro tomaban de Él para sus almas
el sustento de la vida de la gracia.


Presintiendo su muerte, María ungió al Señor
con nardo puro y tú Le dispensaste,
por última vez, tus servicios.

Y hoy, que a su vez, tú eres huésped dichosa del Maestro,
haz que nuestros corazones, sean, como Betania,
su amable morada.

Gloria a Dios, Uno y Trino,
que nos conceda un día cantar
contigo las alabanzas del Cielo. Amén.

 

sábado, 26 de julio de 2025

LOS OJOS DEL AMOR

Santos Joaquín y Ana con la Virgen y el Niño

Ubi amor ibi oculus: Donde está el amor allí están los ojos, decía Ricardo de San Víctor. El amor nos enseña a mirar con atención y dulzura; busca siempre la presencia del amado y se complace en su contemplación; casi no tiene ojos para nadie más. 

En esta piadosa pintura hay un juego de tiernas miradas entre los abuelos de Jesús –San Joaquín y Santa Ana–, la Virgen Madre y el Niño Dios, como si el cariño mutuo circulara a trevés de sus ojos. Se comprende que la familia sea el ámbito primordial donde se aprende a querer y a mirar.




 

viernes, 25 de julio de 2025

LECCIONES DEL APÓSTOL SANTIAGO

Santiago Apóstol
 Catedral de Santiago de Chile

    «Por consiguiente, de Santiago podemos aprender muchas cosas: la prontitud para acoger la llamada del Señor incluso cuando nos pide que dejemos la “barca” de nuestras seguridades humanas, el entusiasmo al seguirlo por los caminos que él nos señala más allá de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el sacrificio supremo de la vida. Así, Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de adhesión generosa a Cristo. Él, que al inicio había pedido, a través de su madre, sentarse con su hermano junto al Maestro en su reino, fue precisamente el primero en beber el cáliz de la pasión, en compartir con los Apóstoles el martirio» (Benedicto XVI, Audiencia General, miércoles 21 de junio de 2006).



 

jueves, 24 de julio de 2025

UN ASCETISMO SIEMPRE ACTUAL Y NECESARIO

San Charbel Makhlouf

Publico un breve extracto de la homilía pronunciada por San Pablo VI durante la canonización de San Charbel Makhlouf, el día 9 de octubre de 1977. San Charbel fue un asceta y religioso del Líbano de rito maronita. Nació en 1828; a la edad de 23 años, dejó su casa en secreto y entró al monasterio de Nuestra Señora de Mayfuq, tomando el nombre de un mártir sirio: Charbel. Hizo sus votos solemnes en 1853 y fue ordenado sacerdote en 1859. Durante 15 años vivió en el monasterio de San Marón en Annaya. Tiempo después sintió el llamado a la vida ermitaña y en 1875 recibió la autorización para ponerla en práctica. Desde ese momento hasta su muerte en 1898, se dedicó a la oración, a la penitencia y al trabajo manual. La única perturbación a su vida de oración y silencio venía de la cantidad de visitantes que llegaban atraídos por su fama de santidad. Estos buscaban su consejo, la promesa de su oración o el favor de algún milagro.

* * *

«Sí, la santidad practicada por Charbel Makhlouf es de gran importancia, no solo para la gloria de Dios, sino también para la vitalidad de la Iglesia. Ciertamente, en el único Cuerpo Místico de Cristo, como dice San Pablo (Cf. Rm 12, 4-8), los carismas son numerosos y diversos; corresponden a diferentes funciones, cada una de las cuales tiene su lugar indispensable. Se necesitan pastores que reúnan al pueblo de Dios y lo presidan sabiamente en nombre de Cristo. Se necesitan teólogos que examinen la doctrina y un Magisterio que la vigile. Se necesitan evangelizadores y misioneros que lleven la palabra de Dios por todos los caminos del mundo. Se necesitan catequistas que sean sabios maestros y pedagogos de la fe: este es el propósito del presente Sínodo. Se necesitan personas que se dediquen directamente a la ayuda mutua de sus hermanos y hermanas. Pero también se necesitan personas que se ofrezcan como víctimas por la salvación del mundo, en penitencia libremente aceptada, en incesante oración de intercesión, como Moisés en la montaña, en una búsqueda apasionada del Absoluto, testificando que Dios merece ser adorado y amado por sí mismo. El estilo de vida de estos religiosos, estos monjes, estos eremitas no se propone a todos como un carisma imitable; pero en su estado puro, de manera radical, encarnan un espíritu del que ningún seguidor de Cristo está exento, ejercen una función de la que la Iglesia no puede prescindir, evocan un camino saludable para todo» (San Pablo VI).

Fuente: www.vatican.va