“La
carta Apostólica Motu Proprio data
“Summorum Pontificum” del Sumo Pontífice Benedicto XVI, del 7 de julio de
2007, entrada en vigor el 14 de septiembre de 2007, ha hecho más accesible a la
Iglesia universal la riqueza de la Liturgia Romana. (Instrucción Universæ Ecclesiæ, 1 del 30 de abril de 2011) DEO GRATIAS!
“…
la decisión con la que Benedicto XVI autorizó la celebración de la antigua misa
en latín debe ser comprendida como un acto de legislación universal que
interesa a toda la Iglesia en todo el mundo y no como un favor hecho a un
individuo o a un grupo, porque se trata de una ley cuya finalidad es la
salvaguardia y promoción de la vida de todo el cuerpo místico de Cristo y de la
máxima expresión de esta vida, es decir, la liturgia Sacra”. (Mons. Raymond Leo
Cardenal Burke)
“…es
mi firme convicción de que el Vetus Ordo representa en gran medida y de la
manera más satisfactoria, la forma que llaman mística y trascendente, para el
encuentro con Dios en la liturgia. Por lo tanto ha llegado el momento para
nosotros de, no solo renovar la nueva liturgia a través de cambios radicales,
sino también de alentar más y más la vuelta del Vetus Ordo, como un camino para una verdadera renovación de la
Iglesia, que fue la que los padres de la Iglesia, sentados en el Cocilio
Vaticano II, tanto desearon”. (Mons.
Malcolm Cardenal Ranjith)
“Las
mismas reacciones negativas al motu proprio,
raras pero violentas, vienen a confirmar sin quererlo la urgencia de esta
acción terapéutica realizada por Benedicto XVI”. (Pietro De Marco)
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