martes, 18 de junio de 2024

CARDENAL SARAH: UN ATEÍSMO PRÁCTICO SE DESLIZA DENTRO DE LA IGLESIA.

Recojo algunos párrafos de la conferencia que el Cardenal Robert Sarah pronunció en la Universidad Católica de América, Washington D. C., el pasado 13 de junio. Según el Cardenal, el desprecio por las tradiciones teológicas, magisteriales y litúrgicas de la Iglesia sería una manifestación más de ese “ateísmo práctico” que pretende no tanto negar a Dios como marginarlo del campo de juego. (Los destacados son nuestros). 

Video y texto completo en español en portaluz.org

«Hay un intento de ignorar, si no rechazar, el enfoque tradicional de la teología moral, tal como lo definen tan bien la Veritatis Splendor y el Catecismo de la Iglesia Católica. Si lo hacemos, todo se vuelve condicional y subjetivo. Acoger a todos significa ignorar la Escritura, la Tradición y el Magisterio.

Ninguno de los proponentes de este cambio de paradigma dentro de la Iglesia rechaza a Dios de plano, pero tratan la Revelación como algo secundario, o al menos en pie de igualdad con la experiencia y la ciencia moderna. Así es como funciona el ateísmo práctico. No niega a Dios, sino que funciona como si Dios no fuera central.

Vemos este enfoque no sólo en la teología moral, sino también en la liturgia. Las tradiciones sagradas que han servido bien a la Iglesia durante cientos de años ahora se presentan como peligrosas. Tanto enfoque en lo horizontal empuja hacia afuera lo vertical, como si Dios fuera una experiencia en lugar de una realidad ontológica.

Hay un entendimiento implícito por parte de los proponentes del ateísmo práctico de que la fe de alguna manera limita a la persona. Toman el axioma de San Ireneo, "la gloria de Dios es el hombre plenamente vivo", para significar que el fin más alto del hombre es ser plenamente él mismo. Esto es cierto si entendemos al hombre como una criatura hecha para Dios, pero los ateos prácticos ven a Dios y su orden moral como un factor limitante. Nuestra felicidad, según esta forma de pensar, se encuentra en ser quienes queremos ser, en lugar de conformarnos a Dios y a su orden.

Todo está muy orientado al ‘ahora’. Lo que tiene sentido es aquello que habla del momento contemporáneo, divorciado de nuestra historia individual y corporativa. Esta es la razón por la que las tradiciones de nuestra fe pueden ser descartadas tan fácilmente. Según los ateos prácticos, la tradición es vinculante, no liberadora.

Y, sin embargo, es a través de nuestras tradiciones que nos conocemos más plenamente a nosotros mismos. No somos seres aislados y desconectados de nuestro pasado. Nuestro pasado es lo que da forma a lo que somos hoy».


 

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